Situada al sur de Cerdeña, junto al mar, la ciudad de Nora fue la primera fundada por los fenicios, en el siglo VIII a. C. Hoy es una de las visitas más recomendables si viajáis hasta la isla mediterránea.
Nora está situada sobre un promontorio conocido como el Capo di Pula y en sus mejores tiempos tuvo hasta tres puertos. A la ciudad llegaron los cartagineses en el siglo VI a.C. y después los romanos. Estos últimos fueron los responsables de su crecimiento, ya que la ampliaron hasta hacer de ella la ciudad más importante de todo Cerdeña.
Junto a la playa
Después del gran impulso que le dieron los romanos, no todo fueron tiempos dorados. Allá por el siglo V Nora comenzó a caer en el declive, debido a los constantes ataques a los que la sometían los piratas, y también a la subida del nivel del mar, que dejó bajo el agua nada menos que una tercera parte de la ciudad.
Sin embargo, hoy Nora tiene un gran valor arqueológico y en ese valor reside en parte su importancia turística. Es muy interesante visitar Nora. La zona arqueológica se encuentra en un lugar privilegiado, junto a una bellísima playa. Los pinos mediterráneos rodean el enclave, perfumando la atmósfera y dotándola de frescor.
Restos romanos
La mayoría de los restos del yacimiento de Nora son de época romana. Sin embargo, a la entrada hay una columna aislada del templo de Tania, la diosa cartaginesa de la fertilidad. De entre los restos romanos destaca un teatro frente al mar, que hoy se usa para celebrar algunos conciertos al aire libre.
También son importantes las termas. Hay restos de cuatro de ellas, de distintos tamaños ya que eran usadas por personas de diferente estatus. Además, podréis ver algunos mosaicos interesantes. En la cercana ciudad de Pula hay un museo en el que se guardan muchos de los hallazgos de las excavaciones de Nora.