¿Te apetece escaparte a alguna ciudad de Europa? Pues debes saber que Praga es una fantástica elección, entre otras cosas porque parece haber salido directamente de un cuento de hadas. La capital de la República Checa no solo es hermosa y encantadora, sino que reúne una gran cantidad de atractivos, pudiendo encontrar barrios con una identidad propia, joyas arquitectónicas, importantes lugares históricos… De hecho, será difícil que puedas visitar todo lo que merece la pena en único viaje, sobre todo si solo dispones de dos o tres días para conocer la ciudad.
Para echarte una mano, hoy queremos hablarte de algunas de las visitas imprescindibles que deberás hacer si tienes la oportunidad de viajar a Praga. ¿Te gustaría acompañarnos?
Castillo de Praga
Queremos comenzar hablando del Castillo de Praga, considerado como una de las ciudadelas más grandes del planeta. Está integrada por antiguos palacios, jardines y edificios eclesiásticos, administrativos y residenciales. Además, en su interior podrás encontrar rincones de lo más pintorescos. Sus orígenes se remontan al siglo IX, cuando comenzó a ser la residencia de los soberanos checos, para serlo más tarde de los presidentes. Del complejo destacan la Catedral de San Vito, el antiguo Palacio Real, el Convento de San Jorge y el Callejón de Oro, una famosa calle que debe su nombre a los orfebres que la habitaron siglos atrás. Este callejón sorprende por las casitas de colores construidas en los muros del castillo.
Puente de Carlos
También queremos hablarte del Puente de Carlos, el más famoso de Praga, que une la Ciudad Pequeña y la Ciudad Vieja. Sus orígenes se remontan al año 1357, aunque no estuvo terminado hasta principios del siglo XV. Fortificado con torres por ambos extremos, el puente está decorado con esculturas de 30 santos, adornos que fueron colocados progresivamente desde 1683 a 1928.
La Ciudad Vieja
Si viajas a Praga es imprescindible que visites la Ciudad Vieja (Staré Město). Este laberinto de calles adoquinadas y fachadas coloridas, está repleto de plazas, cafés y artistas callejeros y alberga algunos importantes edificios como, por ejemplo, el Ayuntamiento, que se encuentra en la conocida como Plaza de la Ciudad Vieja. Destaca la parte más antigua del complejo, donde se encuentra el impresionante reloj astronómico. También encontrarás en este barrio la Torre del Reloj, el Clementinum, la Torre de la Pólvora y la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn.
Barrio Judío
Como no podía ser de otra manera, también tenemos que hablarte de Josefov, el Barrio Judío, cuyo origen se remontan a la Edad Media, cuando dos comunidades judías se unieron de forma gradual. No fue hasta el año 1850 que el barrio se integró a la ciudad. A finales de siglo, las autoridades decidieron reformar la zona, solo conservando las sinagogas, el ayuntamiento y el cementerio.
Malá Strana
Otro barrio de Praga que merece la pena visitar es Malá Strana, también conocido como Ciudad Pequeña. Se trata de uno de los distritos más antiguos de Praga. Sin duda, lo mejor de este lugar es que se conserva en muy buen estado, ya que, afortunadamente, la guerra no dejó huella. Así, hay muchos palacios y casas que permanecen intactos desde hace siglos. En el barrio encontrarás el Muro de John Lennon, repleto de pintadas que representan la paz y el amor.
Plaza de Wenceslao
Por último, y a sabiendas de que nos dejamos muchos puntos de interés en el tintero, queremos hablarte de la Plaza de Wenceslao, que forma parte del centro histórico de Praga. Además de haber sido el escenario de muchos sucesos históricos, es un importante centro cultural y financiero, y hoy en día es el espacio escogido para las manifestaciones, celebraciones y diferentes reuniones públicas. En esta plaza se encuentra el Museo Nacional de Praga.