La zona montañosa de Macedonia todavía tiene ese aire misterioso que envuelve a todos los visitantes. Al mismo tiempo, la zona antigua y la nueva, mantienen una dura lucha por conseguir el lugar que se merecen en el mundo poscomunista. Las túnicas negras de los monjes ortodoxos se han convertido en una parte imprescindible en el paisaje de la zona y son todo un “espectáculo” para cualquier turista. Los jóvenes, ataviados con lo último en moda italiana, toman café en los bares más elegantes de la capital.
Para todos aquellos a los que les encantan las excursiones al aire libre, Macedonia es su destino ideal. Su extenso desierto permite a los excursionistas, escaladores y esquiadores disfrutar de unos días inolvidables. Debes visitar Mavrovo, su impresionante Parque Nacional, situado en el oeste de Macedonia. Allí podrás disfrutar de las mejores pistas de ski del país y las unas impresionantes vistas de los Alpes.
Mientras tanto, las antiguas ruinas fascinarán a todos aquellos que busquen conocer la historia de la zona. El monasterio de Sveti Naum es increíble. La ciudad de Ohrid es uno de los puntos fuertes de Macedonia. Esconde un hermoso lago que no debes dejar de visitar. La capital, es un lugar donde el zumbido de los estereotipos europeos y los lugares más inesperados coexisten dando resultados muy interesantes.
Aparte de las espectaculares montañas, los lagos y los ríos, seguro que la hospitalidad de la gente hará que quieras repetir tu viaje, al menos, una vez más.