En el año 1640 ya Reunión había sido ocupada por franceses y portugués, que en 1513 habían sido los primeros europeos en llegar a la isla. La isla prosperó durante el siglo XVIII, cuando estaba entre las rutas de transporte marítimo que se utilizaban en el comercio entre Europa y Asia. Las plantaciones de azúcar, trabajadas por esclavos importados de África, formaron uno de sus sectores económicos principales.
Reunión fue gobernada como una colonia hasta 1946 por lo que como podrás imaginar, la cultura francesa está presente en muchos rincones de la isla. Tampoco hay que olvidarse de las influencias indias y chinas, y ese toque tropical maravilloso. El idioma predominante es el francés, la arquitectura se inclina más hacia los modelos franceses, pero esta también es una tierra de volcanes que cuenta con su propia temporada de ciclones.
Igualmente, los platos franceses pueden estar en el menú de cualquier restaurante en el que decidas comer. Pero lo mejor son sus mezclas: te pueden servir un pato al curry en vez del canard à l’orange que estabas esperando. No es de extrañar que Reunión sea considerada como un secreto muy bien guardado, ya que los franceses presumiblemente desean conservar esta pequeña joya intacta.
Aunque se trata de una isla de aguas turquesas excepcionales y brillantes, la cantidad de tiburones que la rodean, no la convierten en el destino ideal para practicar deportes acuáticos. Lo que puedes hacer durante tus vacaciones es elegir una de las estupendas rutas de trekking que encontrarás a través de su terreno montañoso. Grandes valles rodeados de montañas volcánicas se entremezclan con zonas de cascadas y otros preciosos elementos naturales.