Viajar a Masqat


Lo que más memorable hace a Masqat , no son sólo sus construcciones (los edificios, los museos, las calles), en realidad son sus gentes. Los omaníes con sus turbantes de cachemira, los sudaneses en sus patios de algodón, las mujeres de Kerala con su saris de arco iris y los británicos ocasionales con su piel rosa, caracterizan esta zona completamente tolerante que hace que los turistas disfruten de unas vacaciones inolvidables.

El ciclón tropical que en junio de 2007 atravesó la ciudad, arrancando árboles, destrozando carreteras y llenado de barros los suburbios, no pudo destrozar la convivencia y la cordialidad natural que habita en la región. El nombre de Masqat, deriva de un término que significa algo así como “anclaje seguro”. La verdad es que como te comentábamos, hizo honor a su nombre después de dicho ciclón.


Dos áreas constituyen el corazón de la capital. En ellas. El visitante podrá divertirse viendo llegar, por la mañana temprano, los típicos barcos de madera con las capturas y después dirigirse a los mejores zocos sauditas para encontrar verdaderas joyas beduinas. Durante su búsqueda, el viajero podrá probar el típico té de menta, mientras dialoga con los comerciantes.


Hasta hace relativamente poco Masqat era simplemente una pequeña región pero, fue a partir de 1970, bajo la dirección del querido Sultán Qaboos, cuando las puertas de la ciudad fueron literalmente abiertas al mundo moderno. Gracias a este “renacimiento”, la ciudad se ha expandido a lo largo de la costa y con una creciente infraestructura turística. La ciudad se ha ganado la reputación de ser el mejor lugar de Oriente Medio para encontrar el verdadero “sabor” Saudita.

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