Es una de esas ciudades que guardan la esencia del Mediterráneo. Pequeña, luminosa, repleta de tesoros. Y es que cuando la UNESCO declaró Valeta, la capital de Malta, Patrimonio de la Humanidad en 1980, se encontraba cargada de razones para hacerlo: la belleza de su casco histórico, la gran concentración de monumentos en sus calles y plazas, sus edificios de arquitectura impresionante…
Por eso, si aún estás buscando un lugar en el que perderte este verano, viajar a Malta puede ser una gran idea, y Valeta el destino perfecto. Vivirás unas vacaciones que no podrás olvidar nunca.
Monumentos a cada paso
Una de las características que definen la ciudad de Valeta es la inmensa cantidad de monumentos que posee. Ir caminando por sus calles es encontrárselos a cada paso, lo que anima muchísimo el paseo que se convierte en todo un placer. Y eso que durante la II Guerra Mundial la ciudad sufrió un enorme deterioro. Muchos de sus edificios tuvieron que ser restaurados y algunos de sus monumentos, como la Ópera del siglo XIX, se perdieron para siempre.
Entre los monumentos más importantes de la ciudad está la Concatedral de San Juan, que por fuera parece una iglesia más y por dentro es toda una obra de arte. Guarda, incluso, un cuadro de Caravaggio. También el bellísimo palacio del Gran Maestre, construido en 1571 y sede actual del Parlamento de Malta. El interior es bellísimo y la armería del palacio, uno de los lugares más interesantes. También merece la pena visitar el Museo Nacional de Bellas Artes de Malta, albergado en un palacio del siglo XVIII.
Pero lo que realmente es especial, es perderse por las calles de Valeta, admirando sus edificios de arquitectura barroca y renacentista; visitar los Jardines Barrakka, desde los que tendrás una vista impresionante de la ciudad; o pasear por Grand Harbour, el puerto más importante de Malta.