Llega el verano y apetece más viajar y disfrutar, en parte, porque se tiene más tiempo por las vacaciones. Para muchas personas que quieren salir de España, pero no quieren un destino muy lejano, Francia es una buena elección. Este país ofrece numerosas posibilidades para hacer turismo. Y aquí nos vamos a centrar en Burdeos, que siempre figura entre los destinos favoritos de los turistas. Razones no faltan.
Burdeos
Al hablar de Francia, Burdeos es una de las primeras palabras que surgen, más allá de París. Muy conocida por el vino, esta zona es mucho más que viñedos y bodegas. Pero vamos por partes. Para los amantes de la vitivinicultura, esta ciudad es uno de los mejores enclaves. Aquí se puede disfrutar de exposiciones permanentes con tecnologías interactivas y digitales, además de participar en distintas experiencias de catas, eventos, culturales, tiendas y restaurantes.
Y, por supuesto, también hay mucha cultura y patrimonio. Por ejemplo, una buena elección es la exposición permanente en la que a través de seis universos, distribuidos en 18 módulos, se realiza un viaje por el mundo de la viña y el vino, comprendiendo desde la antigüedad hasta la actualidad. Aparte, el recorrido tiene un gran atractivo porque no solo se centra en Burdeos y Francia, sino que comprende los cinco continentes.
La exposición permite conocer el patrimonio universal que ha inspirado a numerosas personas, además de modelar sus vidas y territorios desde hace miles de años. Es toda una experiencia de más de 3.000 metros cuadrados con propuestas inmersivas, multisensoriales, pedagógicas u oníricas para vivir tanto a nivel individual como de forma colectiva.
En Burdeos, por supuesto, no pueden faltar los talleres de cata de vinos de todo tipo. La ventaja es que se ofrecen tanto de día como de noche para poder compaginar la actividad sin problemas con otras visitas turísticas. Las propuestas son diversas, comprendiendo desde talleres específicos sobre la diversidad de las regiones vitivinícolas a la elaboración de platos y su maridaje con los respectivos vinos, entre otras opciones.
Los talleres también ofrecen iniciaciones a la cata, experiencias inmersivas, los hay temáticos o sobre los vinos del mundo. Entre los que más aceptación cuentan está el denominado Burdeos 360, ya que propone un viaje original e inédito de una hora para descubrir la zona, su viñedo y la gran diversidad de sus vinos. Dentro de esta experiencia, se catan cuatro vinos de la zona con los que el asistente se adentra en cuatro paisajes distintos de la mano de imágenes de 360 grados. Y todo ello en un entorno sonoro y musical.
Y, si gusta el vino, aún hay más opciones. La ciudad forma parte de una región vinícola de grandes dimensiones, aparte de ser la más antigua del mundo. En concreto, aúna 65 denominaciones y se extiende por 112.000 hectáreas. Una superficie en la que hay numerosas bodegas y propiedades que abren sus puertas al público para que puedan ser visitadas.
Más allá del vino
Además de vino, Burdeos, la capital de la Nueva Aquitania, ofrece muchos más atractivos, sobre todo en cuanto a historia y patrimonio. Su centro histórico es una visita obligada porque forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2007. En total, hay más de 350 edificios declarados o inscritos en la lista de monumentos históricos.
Entre los principales puntos de interés está la Place de la Bourse, situada frente a un edifico monumental de casi tres siglos, y el Espejo de Agua, que es el lugar más fotografiado de Burdeos y que fue obra del arquitecto paisajista Michel Corajoud. Esta obra se caracteriza por alternar efectos de espejo y niebla. No obstante, son solo algunas de las propuestas porque esta ciudad invita a callejear y descubrir los secretos de todos sus rincones.