Túnez es sin duda uno de los destinos que sale más a cuenta si a relación calidad-precio nos referimos. Es bueno porque es un país que se encuentra relativamente cerca, pero que se diferencia mucho del mundo occidental. Es bonito porque acoje varias maravillas arquitectnicas y bellos paisages. Finalmente, es barato ya que es el destino extranjero que sale mejor de precio en relación a todo lo que ofrece.
A dos horas en avión de Barcelona hay uno de los países del norte de África más interesantes de visitar: Túnez, la Europa del continente más pobre del mundo. Cada año miles de personas procedentes de sitios muy diversos llegan aquí para apreciar su historia, su cultura y, sobretodo, su manera de entender la vida, tan diferente a la nuestra. El alojamiento es muy interesante ya que te esperan hoteles de 3 y 4 estrellas y régimen de pensión completa.
La aventura empieza con la llegada al aeropuerto de Monastir y nada más cruzar el control aduanero ya ves que te encuentras en otro país: las palmeras, los vehículos, la gente, los olores, el clima…
No te tienes que preocupar por el idioma. En Túnez, todo el mundo que trabaja de cara al público conoce nuestra lengua, y como mínimo diez lenguas más. Además, el carácter espavilado y abierto de los tunecinos y las grandes antenas parabólicas de televisión que se ven en cada casa, hacen que no se pierdan ningun detalle de nuestras costumbres y no tengas ningun problema para entenderte. Recorrer el país de punta a punta
El primer viaje te deja en Kairouan, en el interior del país. Está considerada la cuarta ciudad santa del Islam. Seguramente te encontrarás las primeras paradas de souvenirs, donde es probable que un vendedor te persiga insistiendo que le compres algun collar y antes de hacer la compra lo lleves ya puesto. Allí es imperdonable no visitar la Gran Mezquita de Kairouan, una de las más importantes y de las pocas donde dejan entrar a no creientes. Se respira un ambiente muy religioso y muy puritano y, si estás atento, podrás sentir las llamadas del líder religioso a los creientes para que acudan a rezar. Se dice entre la comunidad musulmana que ir siete veces a Kairouan equivale a una visita a la Meca.
A las 12 del mediodía es muy habitual que tengas que ir a comer. En Kairouan se encuentra el restaurante Le Flore, donde sirven cocina autóctona y donde podrás probar una espécie de rollitos de primavera (pero musulmanes) hechos a base de verduras, huevo y un poco de carne. También se puede degustar carne de camello, muy típica en los menús del país. Pero sin duda la palma se la llevan los postres. Los más habituales son unas especie de panecillos dulces hechos con miel y dátil, fruta por excelencia, que te serviran durante todo el viaje.
Después de recorrer unos 350 kilómetros hacia el sud, se llega a la ciudad de Tozeur, donde el paisage verde predominante de antes empieza a cambiar: nos acercamos a la zona del desierto. En Tozeur lo más importante es ver su increíble oasis, considerado el más grande del país. Lo más normal es tener tiempo libre para visitar la población y para ir a comprar a la Medina, es decir, el mercado donde se encuentran todas las tiendas y paradas destinadas, basicamente, a los turistas. Importante: la técnica de compra es el regateo. Hay que tener en cuenta una serie de reglas básicas como son la paciencia y la astúcia, ya que siempre intentaran venderte a un precio elevado.
Si te gusta el oasis, a pocos kilómetros de Tozeur se encuentra Nefta, que tiene otro de grandes dimensiones. Se trata de un pueblo pequeño musulman, tranquilo y poco acostumbrado a la presencia de turistas. Esto último se nota tan sólo dando un paseo por sus calles estrechas y mezclándose con sus ciudadanos. Si te encuentras con un grupo de niños, seguramente no dudaran en pedirte cualquier limosna como caramelos, stylos (un bolígrafo), alguna moneda, etc. No tienes la obligación de darles nada, ya que muchas veces con una simple sonrisa se quedan satisfechos.
Vive una fiesta bereber
Douz es la entrada al desierto, el último oasis antes de la marcha al Sáhara, sobretodo para algunos beduínos que aún practican esta legendaria costumbre nómada. Este factor da lugar a la posibilidad de realizar algunas actividades complementarias, como son las rutas con camello o con 4×4, para apreciar así el desierto con toda su esplendor y sus magníficas dunas de arena.
Otra opción muy interesante y recomendable es acudir por la noche a una fiesta bereber enmedio del desierto. En la cena, bajo unas haimes (una especie de tiendas de campaña autóctonas), degustarás la llamada sopa tunecina, de color rojizo y gusto un poco picante. Como segundo plato te ofrecen la comida por excelencia de los musulmanes: el cuscús, acompañado con carne de camello.
¿Dónde comprar?
Si quieres comprar muy barato y con variedad pásate por el Mercado de las Espécies de Gabés, ciudad bañada por el mar Mediterráneo, antes de hacer noche en Sfax. Esta última es la capital económica del país, una gran ciudad abierta al mundo, donde es habitual ver a las mujeres sin el habitual velo y luciendo, incluso, faldas cortas. De seguida se puede apreciar un gran movimiento metropolitano y, sobretodo, es donde se nota la gran diferencia económica entre el norte y el sur.
La antigua Roma y el imperio Fenicio
Transpórtate a la Roma de los Emperadores a través del gran coliseo que se puede disfrutar en la ciudad de El Djem, el mejor conservado de África y el tercero en importancia mundial. Se encuentra en muy buenas condiciones para visitarlo. Tenía una capacidad para 45.000 espectadores. A la salida aprovecha para hacer unas compras a las numerosas tiendas y seguro que no podrás resistirte y llevarte un simpático camello de peluche.
Para continuar admirando el legado romano, no te puedes perder la visita a Cartago, situada al norte del país, a escasos kilómetros de la capital. En concreto disfruta de la panoramica de los puertos púnicos y no te olvides de su amfiteatro, las termas romanas de Antoni Pius, el teatro y la basílica cristiana Damous Karita.
Aprovecha también para visitar el pueblecito de Sidi Bou Said, de gran belleza, construido con arte andalucino y conocido como la «ciudad de los pintores», donde las casas son todas blancas con las puertas y ventanas de color azul. No dudes en probar los dátiles que encontrarás en las paradas de toda la población y beber el típico café tunecino en una terraza con vistas al mar.
La moneda
Utilizan el dinar tunecino, que se divide en 1.000 milimas (centimos). Las monedas son de 1 DT y de 500, 100, 50, 20, 10 y 5.
1 dinar equivale a 0.60 euros. Puedes descambiar en el aeropuerto o en el hotel, pero te será más barato hacerlo en un banco tunecino.
Algunas palabras árabes
As-salaam-alaykum (hola)
Ma’as-salama (adiós)
Shukran (gracias)
¿Bikam? (¿cuanto vale esto?)
Min Fadilak (por favor)
Estupendo resumen. La verdad es que Túnez ofrece exotismo a un tiro de piedra. En Tozeur encontramos el desierto al alcance de la mano de cualquiera. Yo tuve la oportunidad de conocerlo en persona y hay pocas excursiones que ofrezcan más en un solo día. Y a un precio inmejorable.
Un saludo.