Lisboa es una ciudad que tenemos muy cerquita y que merece la pena descubrir, así que si quieres ver una gran ciudad europea te la recomiendo totalmente. En realidad te recomiendo todo Portugal, no es un país muy grande y en un viaje puedes ver las ciudades más importantes y así decidir cuáles quieres descubrir a fondo en otro viaje. Pero hoy te voy a hablar de Lisboa, concretamente de uno de sus monumentos, la Torre de Belem.
La Torre de Belem es uno de los monumentos más visitados y fotografiados de la ciudad, tanto éxito tiene que hasta puedes comprarte una réplica para llevártela de recuerdo si te ha gustado mucho. Antiguamente se encargaba de darle seguridad al puerto de Lisboa, especialmente cuando llegaban a la ciudad grandes cargamentos con valiosas mercancías, y evitaba que los piratas intentaran robar en los barcos.
El exterior de la Torre de Belem es espectacular y mide 35 metros, que se reparten en cuatro pisos y una terraza, desde la cual tienes unas fantásticas vistas de la ciudad. En el interior puedes ver la Sala de Audiencias, la Sala dos Reis, la Sala del Gobernador y hasta una capilla. Su belleza y su gran contenido histórico le han valido para tener el honor de ser Patrimonio de la Humanidad.
Todo lo que rodea a esta torre es el barrio de Belem, que le da nombre, y donde hay un montón de calles que te ofrecen, en lo alto, una visión tan espectacular de la torre que parecerá que estás flotando en el agua. Tan recomendable subir a lo alto de las calles como verlas desde la terraza de la torre, paisajes igual de increíbles desde puntos opuestos.