Menorca es una isla que es muy visitada todos los años tanto por turistas nacionales como internacionales. Sus playas, rutas por la naturaleza y su historia marcada por los diferentes asentamientos como los ingleses conforman gran parte de sus atractivos. Pero aún hay más. También se puede visitar la Menorca Talayótica, que quizá es la más desconocida por todos los turistas, pero que igualmente tiene un gran atractivo. ¿Qué hay que ver? Aquí te proponemos una ruta por los principales enclaves a visitar.
Lugares de interés
La ruta por la Menorca más antigua nos tiene que llevar a la Necrópolis de Calescoves, que está integrada por más de 90 cuevas de hipogeos de enterramiento, de época talayótica y que están excavados en los mismos acantilados de la cala. Aquí también hay que fijarse en un embarcadero, que data igualmente de la época prehistórica, y un establecimiento costero, delimitado por una muralla prehistórica y un santuario de época romana.
Otra parada dentro de la ruta es Taula de Talatí. Aquí nos encontramos con un reciento que está formado por un poblado talayótico y su necrópolis de cuevas artificiales. A pesar de este paraje, se considera que el mayor atractivo es el santuario de Taula. En este enclave es importante fijarse en las taulas, que tiene forma de T. Estas construcciones talayóticas son todavía, a día de hoy, el enigma de la prehistoria menorquina. ¿Por qué? No se ha conseguido desvelar su simbología ni tampoco la función que tenía con en esta isla y las zonas en las que están localizadas.
En Menorca también hay que visitar el llamado Sepulcro de Ses Roques Llises, que fue construido hace unos 2.000 a. C. Es decir, data del final del Calcolítico y el inicio de la Edad de Bronce. Esta ubicación temporal hace que esté considerado como uno de los monumentos más antiguos de la isla. Merece la pena ver la cámara megalítica, que estuvo cubierta por un túmulo de piedras y tierra, lo que permitió darle ese aspecto semiesférico.
Y, en la isla, aún hay más vestigios de la prehistoria. Otro de ellos es el Talayot de Torelló. Este enclave es para muchos el más espectacular de toda la isla. Y la verdad es que es realmente llamativo por su monumentalidad. Entre los elementos que se conservan y pueden verse destaca el portal con dintel, que está situado en la parte superior del monumento. Esto da acceso a una cámara de planta circular. Además, es importante observar la tipología de talayots, que es muy variada. En todos, resalta el dominio visual del territorio.
El turista puede dirigir sus pasos dentro de este recorrido hasta el Asentamiento de Cala Morell. Este poblado es costero y se caracteriza por estar fortificado. De hecho, está formado por navetas de habitación de la época pretalayótica. Asimismo, se recomienda visitar la necrópolis vecina de esta cala, que está formada por cuevas e hipogeos de enterramiento.
La ruta por Menorca nos lleva hasta Sa Naveta des Tudons, una construcción funeraria en la que fue posible recuperar a 100 individuos con todo el ajuar. Este monumento talayótico está considerado como el más emblemático de la isla. Es muy curioso ver su forma de nave invertida y su estructura ciclópea, que solo se ve en la isla.
Otros atractivos de la época más antigua son Torralba den Salort y Torre den Galmés. El primero de ellos es uno de los poblados prehistóricos más grandes de la isla. En él, se encuentran dos talayots, el recinto de taula, cuevas, restos constructivos y una sala hipóstila.
Y, en Torre den Galmés, se pueden ver tres talayots y un recinto de Taula en el que se halló una reproducción en bronce de una figurita egipcia del dios Imhoptep. En este poblado de 600.000 metros cuadrados de superficie, también se observan casas talayóticas, que están muy bien conservadas, y el sistema de recogida y filtrado de agua. Además, se mantienen varias cuevas funerarias.