Históricamente, Sant Miquel del Fai se remonta a tiempos del neolítico, aunque las primeras referencias escritas datan del año 997. Al parecer, su origen pudo ser el de un espacio destinado a cultos paganos, aunque tampoco se ha podido precisar cuando fue construida esta singular iglesia-cueva.
Fue donada en el año 997 por los condes de Barcelona a Gombau de Besora, para que edificase un monasterio, el cual estuvo habitado por monjes hasta el 1835.
Aunque su importancia histórica es notable, la singularidad de Sant Miquel del Fai se debe también a su entorno. El agua procedente de los ríos Rossinyol y Tenes, de las lluvias y el deshielo, configuran su espectacular ubicación, entre saltos de agua y pequeños lagos. Cada estación del año, el escenario varía, confiriendo de una fabulosa belleza natural el entorno de la iglesia.
Las Cuevas de Sant Miquel y de las Tosques, producto de la acción del agua en la roca desde tiempos remotos, poseen en su interior impresionantes formaciones de estalactitas y estalagmitas.
El travertino es otro elemento curioso que se puede observar muy de cerca. Nacido por el efecto del carbonato del agua que se filtra por las grietas de las rocas. El resultado son unas fabulosas placas verticales adheridas a la roca.
Además de la agreste belleza natural del paisaje, en Sant Miquel del Fai podemos visitar:
La casa del Piorato – De estilo gótico, este edificio consta de dos plantas y una buhardilla. Destaca especialmente por su ubicación, encima de un barranco y por sus característicos ventanales de arco lobulado, partidos por una o dos columnas.
Iglesia de Sant Miquel – Es la única iglesia románica del país construida íntegramente en una cueva. Aunque data del siglo X, el presbiterio pertenece al gótico, siglo XV, y la lápida sepulcral de Guillem Berenguer que hay en su interior, data del año 1000, aproximadamente.
Ermita de Sant Martí – A unos 800 metros del monasterio, se encuentra esta ermita de estilo románico ( siglo IX ).
Restaurante – En esta espectacular localización, no podía faltar una muestra de la cocina catalana más internacional.