Las leyendas, narraciones populares que cuentan hechos reales o fabulosos adornados con elementos fantásticos o maravillosos del folclore, se han convertido en uno de los principales atractivos de muchos lugares, como el famoso Lago Ness o Belchite, uno de los pueblos fantasmas más visitados de España. Sin embargo, en la mayoría de los casos se quedan en eso, simples leyendas, aunque muchas veces desearíamos que estos cuentos populares que se transmitían de forma oral se convirtieran en realidad, como ha ocurrido recientemente con una de las leyendas más famosas de Perú.
Hace unos días salió a la luz la historia de Andrés Ruizo, que hizo todo lo posible para descubrir si era cierta la leyenda que su abuelo le había contado cuando era un niño sobre la existencia de un río hirviente en la Amazonia. Sorprendentemente, las historias que le habían contado a este geólogo peruano sobre este río eran totalmente ciertas. Lo descubrió él mismo con sus propios ojos. ¡Te contamos más datos sobre este interesante descubrimiento a continuación!
La leyenda
Tal y como cuenta el propio Andrés Ruizo en un artículo publicado en Gimodo, cuando era pequeño su abuelo le contó una famosa leyenda sobre la conquista de Perú por parte de los españoles que, al parecer, iban de pueblo en pueblo preguntando dónde había más civilizaciones para conquistar. Según la leyenda, los incas les animaban a entrar en la Amazonía, donde podrían encontrar todo el oro que desearan. Sin embargo, se trataba de una venganza de los nativos, que eran conscientes de los peligros que se podían encontrar dentro de esta espesa selva. Según explica Ruizo en el artículo, la leyenda cuenta que los pocos españoles que lograban regresar contaban historias sobre chamanes, guerreros con flechas envenenadas, árboles inmensamente altos, arañas que comían pájaros y serpientes que podían tragarse hombres enteros. Además, la leyenda hablaba sobre un río hirviente. Teniendo en cuenta que muchas de estas cosas eran ciertas, ¿por qué no iba a existir un río que hervía?
La realidad
Al parecer, cuando el joven estaba trabajando en su doctorado se acordó de la leyenda y comenzó a indagar sobre el tema, preguntando a sus compañeros de la universidad, al Gobierno, a las empresas petrolíferas, de gas y de minería… Sin embargo, nadie tenía ni idea sobre la existencia de un río que hirviera en el Amazonas. Y es que, aunque este tipo de corrientes fluviales existen, están relacionadas con los volcanes, ya que es necesario que haya una fuente de calor poderosa para provocar que un río hierva. Sin embargo, ni en Perú ni en el Amazonas hay volcanes.
El descubrimiento
Un día, la tía de Andrés le aseguró que en una ocasión había estado en el río hirviente y que, incluso, se había bañado en él, algo que solo puede hacerse tras una lluvia muy intensa. Así, el joven se animó a adentrarse en la selva guiado por su tía que, al parecer, es amiga de la esposa del chamán que protege el río. Su sorpresa llegó cuando de repente vio humo elevándose entre lo árboles. Había encontrado el lugar del que se hablaba en las leyendas. Eso sí, para poder estudiarlo necesitó la bendición del chamán, que le puso una condición: volver a verter en el río las muestras que cogiera de él. De esta manera descubrió que, aunque el agua no llegaba a los 100º C, sí que se acerba bastante. Aunque en el resto de Perú nadie sabía de la existencia de este lugar, los locales siempre habían aprovechado el vapor del agua para distintos usos: limpiar, cocinar, tomar medicinas… Todavía deben investigar más sobre este lugar, pero parece ser que la razón de que el río tenga estas altas temperaturas se debe a un gran sistema hidrotérmico.
Fotografías: Sofía Ruizo y Devlin Gandy