Hacer turismo no siempre es ir a un lugar concreto o bien hacer un tour por los principales atractivos de una ciudad o localidad o bien por varias próximas. También hay otras maneras de disfrutar de diferentes localizaciones, de la cultura, arte, historia, naturaleza o la gastronomía. Y una de estas maneras es hacerlo recorriendo el cauce de un río. España tiene un buen mapa fluvial que, incluso, en algunas ocasiones, permite conocer más de un país. Dentro de las opciones, está el río Duero. Y en él nos vamos a centrar para conocer España.
El recorrido
El Duero es uno de los ríos más importantes del país. Su recorrido puede realizarse desde diferentes puntos. Una de las opciones posibles es comenzar la ruta en Peñafiel. Esta localidad es conocida como la Cuna de la Ribera del Duero. Su atractivo no es solo ese. Aquí se puede ver un impresionante castillo, la plaza del Coso que es uno de los símbolos más importantes de arquitectura popular y su Museo del Vino en el que disfrutar de esta bebida de la tierra, que igualmente destaca por su gastronomía.
Pero, sin duda alguna, si hay un elemento que resalta por encima de todos es la fortaleza de Peñafiel, que jugó un papel clave en la línea defensiva del Duero durante los siglos IX y X. Desde ella se dominaban los valles de los ríos Duero, Duratón y Botijas. Entre los elementos en los que hay que fijarse está la arquitectura militar.
En el recorrido del río Duero otro de los puntos clave es el monasterio cisterciense del siglo XII Santa María de Valbuena. Hoy en día se ha transformado en un exclusivo complejo turístico con 79 habituaciones de lujo y spa completo con aguas mineromedicinales.
Aparte de disfrutar de sus bondades y de observar la arquitectura histórica, que está muy bien conservada, hay más opciones par disfrutar de este enclave. No en cano es sede permanente de la Fundación Las Edades del Hombre. De este modo, se puede ver el patrimonio de arte religioso de Castilla y León. A ello se suma el taller de restauración en el que se cuida y vela por el buen estado de las obras de arte.
El recorrido también nos lleva a hacer parada en la localidad de Aranda de Duero, que destaca por su gastronomía y, sobre todo, por sus vinos. De hecho, es un destino ideal para los amantes de la vitivinicultura para conocer todo en torno a la uva, viñedos y sus bodegas a través de la Ruta del Vino de Ribera del Duero. Esto le ha hecho ser reconocida como Ciudad Europea del Vino, aunque no hay que olvidar tampoco su gastronomía con platos como el lechazo y cordero asado.
Aparte de la parada gastronómica, Aranda de Duero es una parada obligatoria para conocer la localidad y enclaves tan importantes por su historia como la Iglesia de Santa María la Real con su estilo gótico isabelino del siglo XV. Con detalle conviene mirar la portada atribuida a Simón de Colonia y que constituye un gran retablo con escenas en relieve de la Adoración de los Magos.
La ruta incluye Haza donde hay que parar para ver su torreón con las impresionantes vistas. El pueblo está desierto, pero merece la pena pasear por él para ver las casas, que siguen conservando todo su encanto. Aparte de mantiene toda la armonía de la arquitectura en su conjunto.
La ruta continúa en Tordesillas, localidad histórica por el famoso Tratado. Allí se encuentran las Casas del Tratado que albergan los documentos de la época, maquetas de las naves que llevaron a Colón a América y otros artículos.