La ruta propuesta se centra en la comarca del Empordà, próxima a la de Girona. Una visita a los pueblos medievales de Sant Martí Vell, Monells y Peratallada, entre otros, que destacan especialmente por sus plazas porticadas, bancos, ventanas y arcadas de piedra.
A través de sinuosas y estrechas carreteras comarcales, entre colinas y tierras de labranza, comenzaremos nuestro itinerario por Sant Martí Vell. Esta pequeña villa construida alrededor de la iglesia, conforma un conglomerado de casas de piedra y callejuelas estrechas, fiel vestigio de su antigüedad.
Limitando con Sant Martí encontraremos Madremanya, de características y estructura similar. Cada rincón y cada callejuela es una sorpresa por descubrir , para deleitarse en la belleza de sus arcadas, inscripciones o fachadas de piedra.
Continuaremos la ruta hacia Monells, pueblo dividido por el río Rissec. La riva derecha alberga un conjunto monumental de singular belleza, en el que destaca la plaza porticada de Jaume I, la antigüa Casa de la Vila, la calle de los Arcos y la plaza del Oli. En la riva izquierda, la disposición de las edificaciones es más dispersa, aunque merecen especial atención la calle de la Riera y la iglesia de Sant Genís, de origen románico.
De Cruïlles podemos señalar la torre del Homenaje (siglo XI), que antigüamente estaba unida a la fortaleza. Hoy se alza solitaria ante la iglesia de Santa Eulàlia. A las afueras del pueblo, el monasterio de Sant Miquel de Cruïlles y la ermita de la Mare de Déu de l’Esperança, aguardan a los visitantes de la población.
Para finalizar nuestro itinerario, Peratallada se podría calificar como la sorpresa final. Con un conjunto monumental declarado de interés histórico-artístico, esta villa cautivará en especial a los amantes de la historia, el arte y la belleza.