La capital de Marruecos es uno de los destinos más interesantes que nos ofrece el continente africano. Tanto es así, que el pasado mes de junio de 2012, la UNESCO la incluyó en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad. Por eso, se hace imprescindible para los grandes viajeros una visita a Rabat en la que descubrir los mil tesoros que esconde la ciudad marroquí.
Rabat, localizada en la costa atlántica, en la parte noroeste de Marruecos, estuvo bajo el protectorado francés desde 1912 hasta 1930. Posee un montón de lugares interesantes, y conocerlos será el objetivo perfecto para planear una escapada.
Capital moderna y ciudad histórica
Dentro de esta consideración otorgada por la Unesco, se incluyen desde la nueva ciudad construida en la época del protectorado francés, hasta las partes más antiguas de la ciudad que se remontan al siglo XII. Todos esos lugares merecen una visita. La medina, las murallas de la ciudad y las puertas almohades, el emplazamiento arqueológico de Chellah, además de la Kasbah des Oudaia, el mausoleo de Mohammed V y la Torre Hasan.
La ciudad nueva resulta muy interesante, ya que fue planteada con una visión muy racional, con edificios de gran belleza y modernidad arquitectónica. Posee amplias zonas verdes, y edificios públicos muy bien concebidos. Por otra parte, la ciudad histórica, llena de monumentos históricos, tiene también un gran valor que ha de conservarse. Este equilibrio entre tradición y modernidad es uno de los grandes alicientes para visitar Rabat.
Rabat, ciudad acogedora
Además, la ciudad se ha abierto al turismo y a los visitantes, lo que supone también un punto más a su favor. Una muestra de ello es que se inauguró una nueva terminal en el aeropuerto de Rabat-Salé (está a unos 7 kilómetros de la ciudad) hace ahora justo un año, que recibe vuelos procedentes de las principales ciudades europeas.