Qué ver en un fin de semana en Brujas

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A apenas 100 kilómetros de distancia de Bruselas, la capital de Bélgica, se encuentra Brujas. Apodada “la Venecia del Norte”, esta encantadora ciudad medieval es el destino perfecto para una escapada de fin de semana durante cualquier época del año. Su centro histórico lleno de románticos canales, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), encarna la época más próspera de la región de Flandes, mientras sus calles adoquinadas y estrechas invitan a los viajeros a perderse por ellas mientras descubren rincones llenos de encanto. Rodeada por tramos de su antigua muralla, Brujas esconde grandes tesoros arquitectónicos y monumentales que merecen la pena visitar al menos una vez en la vida, ya que es considerada una de las ciudades más bonitas de Bélgica.

Grote Markt

La plaza Grote Market, o la Plaza Mayor, es el auténtico corazón de Brujas. Un punto de encuentro de los habitantes de la ciudad que acoge cada miércoles un mercadillo, donde se puede encontrar desde comida hasta adhesivos para el hogar. La plaza se encuentra rodeada de edificios medievales con pintorescas fachadas de colores y tejados a dos aguas, como el Belfort, campanario del siglo XIII declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1999, o el Palacio Provincial de estilo neogótico, antigua sede del gobierno de la provincia de Flandes Occidental. En el centro de la plaza hay una escultura de Jan Breydel y Pieter De Coninck portando una bandera y una espada, en honor a los líderes de la insurrección que lucharon contra los franceses en 1302 por la libertad e independencia de Brujas y Flandes.

Plaza Burg

Desde la plaza Gote Market, a través de la calle Breidel, se llega a la plaza Burg, otro de los lugares más concurridos de Brujas. En ella se encuentran edificios emblemáticos como el Ayuntamiento o Stadhuis, considerado uno de los más antiguos de Europa, la basílica de la Santa Sangre (alberga una venerada reliquia de la sangre de Cristo) o el Palacio de Justicia. Unos edificios que suponen un auténtico viaje en el tiempo a través de más de mil años de arquitectura.

Muelle del Rosario

El Muelle del Rosario es uno de los lugares más bonitos y fotografiados de toda Brujas. Sobre sus aguas se reflejan las fachadas clásicas de los edificios medievales de piedra, con sus colores rojos, grises y blancos. Un lugar idílico sacado de un cuento de hadas desde donde parten la mayoría de las excursiones que recorren los canales de la ciudad. Los paseos en barca son una forma distinta de recorrer la ciudad, consiguiendo una visión diferente de los encantos de la urbe belga.

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Parque Minnewater

El parque Minnewater, también conocido como el Lago del Amor, es el antiguo puerto medieval de Brujas. Este lugar, ubicado al sur del centro histórico, está considerado como uno de los más románticos de la ciudad, ya que la estampa del bonito lago lleno de cisnes parece sacada de una película. Durante el recorrido por el parque, los viajeros también podrán contemplar lugares de una gran belleza, como el Castillo de la Faille o un antiguo hospital de estilo neogótico.

Begijnhof

Cerca del parque Minnewater se encuentra el Beginjhof o beaterio de Brujas, uno de los 13 beaterios que quedan en Bélgica y tiene la mención de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este convento fue fundado por Margarita de Constantinopla, condesa de Flandes, en 1245 para que las mujeres que habían sufrido las consecuencias de las guerras pudieran tener un hogar digno. Un lugar con encanto caracterizado por sus fachadas blancas que actuaba como una pequeña ciudad dentro de Brujas.

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