En el norte de Europa junto a Finlandia, encontramos un país báltico bastante desconocido en general: Estonia. Y allí está Tallín, su capital, una ciudad muy bella que merece una visita. Anótala en tu lista de lugares a los que tienes que viajar alguna vez, porque merece la pena.
Tallín es una ciudad amurallada que guarda con celo uno de los cascos antiguos medievales mejor conservados del mundo. Eso le ha valido el título de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La gran abundancia de monumentos que visitar, el arte y la arquitectura que encontraréis, la convierten en el destino perfecto si lo que te apetece es una escapada cultural.
Un casco histórico casi intacto
Los primeros datos históricos que se conocen de Tallín datan de mediados del siglo XII y, desde, entonces, ha experimentado la gran influencia de países como Dinamarca, Alemania, Suecia y Rusia, lo que llevó aparejado una gran riqueza cultural. La ciudad antigua es el principal atractivo de Tallín, y fue construida entre los años 1400 y 1700. Está dividida en dos: Trompea o la ciudad alta (lugar de residencia de los nobles) y la ciudad baja (donde vivía el pueblo llano).
En la ciudad baja podrás visitar la plaza del Ayuntamiento (Raekoja Plats), que alberga, además del propio Ayuntamiento, la farmacia más antigua de Europa, y las iglesias del Espíritu Santo (con su interior decorado en madera tallada), la de San Nicolás y la de San Olaf (una de los edificios medievales más altos de Europa. 123 metros).
Vistas panorámicas en la ciudad alta
Cuando visites la ciudad alta, no te pierdas la catedral ortodoxa de Alejandro Nevsky (con sus mosaicos de colores, sus cúpulas y su mezcla de estilos arquitectónicos) ni la catedral de Santa María, que data del año 1219. El Parlamento y el Gobierno de Estonia pueden ser también interesantes.
En esta parte de Tallín hay varios miradores desde los asistir a un espectáculo increíble: las vistas panorámicas de la ciudad. Párate en estos miradores, recorre la ciudad, pasea por sus callejuelas, empapándote del ambiente medieval que destilan. Encontrarás muchísimos tesoros: tiendas y talleres de artesanía, galerías de arte, restaurantes y cafeterías muy especiales, etc. Será la mejor forma de conocer Tallín.