No es casualidad que España sea uno de los destinos preferidos de millones de personas en todo el mundo. Si somos una potencia turística es gracias a un cúmulo de factores que hacen que nuestro territorio sea especialmente deseable, como es el caso de la belleza de algunos pueblos situados en la costa que invitan a vivir unas vacaciones de ensueño.
En este artículo vamos a hablarte de una selección de 10 pueblos costeros espectaculares. Hay muchos más que merecerían estar en esta lista y vosotros mismos podéis mencionarlos en el apartado de comentarios que se muestra al finalizar este artículo.
Lastres (Asturias)
¿Qué se puede decir de Lastres que no se haya dicho ya? Está situado en un enclave privilegiado, conviviendo en armonía entre el mar y la montaña. Desde allí, con la tradición pesquera todavía intacta, puedes disfrutar de la naturaleza en estado puro y degustar lo mejor de la gastronomía asturiana en sus restaurantes y sidrerías. Desde el Mirador de San Roque podrás contemplar toda la belleza de esta joya que no solo te invita a disfrutar del mar y la montaña, sino que también te sugiere dar un paseo por sus calles empedradas recorriendo palacios y casas blasonadas hasta llegar al casco antiguo.
Cadaqués (Cataluña)
Cadaqués, el pueblo que cautivó a todo un genio como Salvador Dalí, es uno de esos lugares que hay que visitar como mínimo una vez en la vida. Está ubicado al norte de la provincia de Girona, no demasiado lejos de Francia, y visitarlo es un regalo para todos los sentidos. Estando allí, rodeado de mar y de preciosas casas encaladas, tienes la sensación de que el tiempo se detiene. Esto sucede, por ejemplo, cuando decides pasear por el casco antiguo, con una estructura laberíntica de calles muy estrechas y pintorescas que nada tienen que ver con los planos urbanísticos que se diseñan hoy en día en las denominadas smart cities.
Fornells (Menorca)
Si estar en Menorca ya es un premio de por sí, imagínate poder disfrutar de la magia de un lugar como Fornells. Ubicado al norte de la isla, en este pueblo marinero no falta de nada, ya que cuenta con un puerto y una gran bahía de algo más de 3 kilómetros de longitud. Todo ello rematado por un paseo repleto de palmeras que te hace sentir como en el paraíso, sobre todo si te sientas en uno de sus restaurantes a degustar platos típicos de Menorca, como por ejemplo la caldereta de langosta. Eso sí, la visita que suele tener más éxito es la de la Torre de Fornells, una construcción inglesa de principios del siglo XIX que te permite contemplar toda la belleza del lugar.
Garachico (Tenerife)
De las Islas Baleares a las Islas Canarias para quedarse con la boca abierta con Garachico, un pintoresco pueblo de costa situado al noreste de la isla de Tenerife. De él podemos destacar que fue capaz de resurgir de las cenizas, ya que en 1706 se vio sorprendido por la erupción del volcán de Trevejo, que arrasó todo el pueblo y obligó a una reconstrucción que ha servido para que sea todavía más bonito. Lo notarás en su sorprendente casco antiguo acantilado paseando por sus calles adoquinadas, las mismas que te llevarán a visitar sus construcciones históricas e iglesias. Además, podrás bañarte en las increíbles piscinas naturales de El Caletón.
Llanes (Asturias)
Tenemos que volver a hablar de Asturias, pero esta vez para centrarnos en otro pueblo costero que te enamora a primera vista. Se trata de Llanes, donde puedes disfrutar de playas de arena blanca, naturaleza en estado puro y turismo cultural. La Villa de Llanes sorprende con su cuidado casco antiguo (declarado Conjunto Histórico-Artístico), las Casonas de Indianos y el puerto. No le faltan palacios, iglesias, una muralla medieval, un torreón de defensa y un paseo precioso que te permite coquetear con el mar. Por último, no puedes irte de allí sin echar un vistazo a Los Cubos de la Memoria, una obra de arte de Agustín Ibarrola que descansa a pie de mar y no pasa desapercibida por sus colores.
Deià (Mallorca)
Hay que regresar a las Islas Baleares, pero en este caso a Mallorca, para continuar con un pueblo llamado Deià que tiene todos los ingredientes para ser considerado como uno de los pueblos de costa más bonitos del país. Lo mejor de todo es que se sitúa a medio camino entre la montaña y el mar Mediterráneo, como resistiéndose a abandonar una de las dos partes. Hace bien, ya que nos regala una estampa increíble en el corazón de la Serra de Tramuntana, entre otros dos pueblos preciosos como son Valldemossa y Sóller. Se respira calma en sus silenciosas y empinadas calles, las mismas que merece la pena subir para gozar de unas vistas panorámicas únicas en la isla.
Ribadesella (Asturias)
Hay que regresar una vez más a Asturias para hablar de otro pueblo que no podía faltar en esta lista. Ribadesella está en boca de todos cuando se trata de hablar de lugares con mucho encanto por estar ubicada en un lugar que no puede ser más mágico, ya que allí confluyen el mar, el río y las montañas. Todos los elementos viven en armonía y los habitantes del lugar celebran poder vivir en una zona en la que se respira tranquilidad, a pesar de que de vez en cuando el mar Cantábrico agita sus aguas. A pesar de que es un pueblo pequeño, hay que decir que en su día llegó su puerto llegó a ser uno de los más importantes del norte de España. Hoy en día es todo un referente del turismo en el Principado.
Zahara de los Atunes (Cádiz)
Como si toda la provincia de Cádiz no fuera un atractivo lo suficientemente potente como para convencer a los turistas, siempre se puede ir un paso más allá y abrir un capítulo especial para hablar de Zahara de los Atunes, un paraíso terrenal que cobra vida durante los meses de verano. Sus playas son un lujo por la limpieza de sus aguas y no le falta algo de historia para nutrirnos a nivel cultural, ya que podemos visitar el palacio de los Duques de Medina Sidonia y las murallas construidas en el siglo XV. Además, y esto no es menos importante, allí se come de maravilla, sobre todo si eres un amante del pescado y llegas con ganas de tapear día sí y día también.
Altea (Alicante)
Terminamos este repaso hablando de un pueblo situado en la provincia de Alicante. Altea lo tiene prácticamente todo, desde playas sensacionales hasta calles que bien merecen una sesión fotográfica para inmortalizar el momento. La riqueza artística y cultural de este pueblo se puede apreciar rápidamente paseando por el caso antiguo o contemplando las privilegiadas vistas que ofrece su mirador. Hay muchas calles empedradas y se respira un muy buen ambiente en los meses de verano gracias a la gran variedad de tiendas y restaurantes que animan a cualquiera. Por ello no es de extrañar que sea uno de los destinos turísticos preferidos de miles de españoles a los que no les importa repetir visita.
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