El litoral y las zonas costeras son escenario de pueblos de gran belleza. Y no solo en España. En distintos países del continente europeo podemos encontrar localidades bellas y muy sorprendentes. En este caso, nos vamos a centrar en algunas de ellas que están bastante cerca de España como sucede con las propuestas que incluimos de Portugal, Reino Unido y Francia. ¿Cuáles son esos pueblos costeros? Toma buena nota de estos destinos que te dejaran con la boca abierta.
Reino Unido
En el Reino Unido se encuentra uno de los pueblos más bellos a nivel mundial. Se trata de Polperro. Esta localidad, situada en la costa de Cornualles, en la punta suroccidental de Inglaterra, se caracteriza por sus casas de piedra encaladas y adornadas con flores o colecciones de pequeñas boyas de colores. Es un paisaje en el que también se nota la vegetación, con la única excepción de las más cercanas al puesto pesquero.
Es muy llamativo ver las compuertas que hay para cerrar la localidad cuando hay temporal, así como las calles estrechas que no permiten el paso de coches. En ellas, conviene fijarse en las galerías de arte, cafés, pubs y tiendas de artesanía. Y, por supuesto, se recomienda ir por los senderos costeros que son perfectos para descubrir playas y calas y ver una costa rocosa y salvaje.
Portugal
Portugal es uno de los países que, en cuestión de pueblos costeros, tiene mucho para elegir. Es el caso de Aveiro, conocido como la Venecia portuguesa. Y razones no faltan para ello a juzgar por sus numerosos canales y las embarcaciones que evocan las góndolas, denominadas moliceiros, que se empleaban tradicionalmente para la recogida de algas marinas y sagazo y que, en la actualidad, se utilizan para paseos turísticos.
La ciudad de Aveiro está dividida en dos partes por los canales. En la parte norte pueden verse las casas viejas de los pescadores, mientras hacia el sur están los edificios históricos. En el centro pueden observarse los edificios modernistas. Entre las visitas obligadas figura el Convento de Jesús, que ahora alberga el Museo de Aveiro. Es una vieja iglesia, del siglo XV, con un interior de estilo barroco combinado con azulejos portugueses. Y, desde el punto de vista de la gastronomía no hay que perderse los ovos moles, un dulce de huevos y azúcar típico de la ciudad vendidos en madera o envueltos en una corteza de oblea.
También en Portugal está Cacela Velha, en el Algarve portugués. Esta localidad se diferencia del resto de la zona en que es una localidad protegida por el mar por cinco islas barrera, que dan dado lugar al a Praia de Fabrica, una playa que está considerada como una de las más maravillosas del mundo.
Esta localidad también se define por estar en un paraje natural prácticamente inalterado con vistas panorámicas realmente magníficas a una ría, mar, arenales y las islas del Parque Natural Ría Formosa.
Por lo demás, el pueblo es de pequeñas dimensiones. Tan solo tiene unas tres o cuatro calles empedradas con casas blancas de una sola planta y con ventanas y puertas en tonos azules. En muchas de ellas se pueden ver flores, recordando el pasado árabe. Dentro del pueblo, una visita obligada es la Iglesia Matriz, de origen medieval y remodelada en los siglos XVI-XVIII, así como la fortaleza del siglo XVII, que fue reconstruida tras el terremoto de Lisboa en 1755.
Francia
Y, dentro de Francia, está Sète, donde se encuentra el puerto pesquero más grande de Francia en el Mediterráneo. Destino de artistas, poetas o escritores como George Brassens o Paul Valéry. Merece la pena ver sus canales bordeados por las fachadas coloridas y los puentes levadizos y giratorios. El ambiente más peculiar está en Pointe Courte, el barrio de pescadores, así como en el Quartier Haut, que recuerda al sur de Italia.