Si has elegido Sicilia como destino para tus vacaciones de verano, debo decirte que estás de enhorabuena. Lo estás porque vas a poder disfrutar de una isla que está repleta de atractivos como por ejemplo el Etna. Tiene playas espectaculares, mucha historia y lugares tan encantadores como Ortigia, al que te recomiendo ir si todavía no has planificado tu ruta.
Historia, belleza y buena ambiente
Estamos hablando de una isla que pertenece a la ciudad de Siracusa, por lo que se encuentra al sudeste de Sicilia. Nada más poner tus pies allí, te das cuenta de que es una fortaleza preciosa que poco o nada tiene que ver con ciudades como la capital, Palermo, que no destaca precisamente por su elegancia o por el respeto por las señales de tráfico por parte de los conductores.
Calles limpias, edificios preciosos y tranquilidad es lo que encontrarás en Ortigia. Eso sí, esto último se ve algo perturbado por la noche, cuando sus calles se contagian del buen ambiente que se respira en los numerosos bares y restaurantes que te invitan a disfrutar de la velada.
Ortigia, que conserva un pedazo de la historia de griegos, bizantinos, árabes, normandos y romanos, se ha convertido en el centro histórico de Siracusa, una ciudad que en estos momentos cuenta con una población que ronda los 400.000 habitantes repartidos en sus más de 2.000 kilómetros cuadrados.
Sumergirte en Ortigia es como sumergirte en el típico pueblo de costa en el que te gustaría pasar todos los días de tus vacaciones. De hecho, muy cerca de Ortigia encontrarás playas tan espectaculares como Spiaggia di Eloro, Fontane bianche o Lido Arenella.
Si vas por Sicilia en coche, ya sea el tuyo propio o uno de alquiler, debes saber que solo los residentes pueden acceder a la isla de Ortigia con su automóvil. Eso significa que vas a tener que aparcar fuera y cruzar el puente, así que ten paciencia y busca tu plaza de aparcamiento sin desesperar.
Visitas imprescindibles
Un día será suficiente para que te empapes de la belleza de Ortigia. Es una isla pequeña que concentra varios puntos de interés, como es el caso de la Catedral de Siracusa, el Templo de Atenea, el Palazzo Beneventano del Bosco, el Palazzo Arezzo della Targia, el Palazzo della Sovrintendenza ai Beni Culturali y el Palazzo Chiaramonte. También están muy bien la Chiesa di Santa Lucia alla Badia, la Fuente de Diana o el Castello Maniace, que se localiza en el punto más al sur.
¿Algo más? Disfrutar de su gastronomía. Podrás deleitarte con el pescado y el marisco de la zona, pero también con el queso y el embutido. Y cómo no, deberías darte un capricho comiendo algún cannolo y gelato.
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