Muchos creen que cuando finaliza el verano también llegan a su fin las oportunidades de pasárselo bien en el exterior del hogar, pero nada más lejos de la realidad. Y es que aunque no podamos tomar el sol, darnos un chapuzón en la piscina o tomar algo en el chiringuito, durante el otoño podremos disfrutar de los espacios naturales de nuestro país de una manera diferente. Y es que ya sabes que durante esta época del año los bosques y montañas adquieren un tono de lo más especial.
Hoy en Vuela Viajes queremos hablarte de uno de esos bosques que merece la pena visitar durante el otoño. Se trata del llamado Monumento Nacional de las Secuoyas del Monte Cabezón, un paraje situado en la comunidad autónoma de Cantabria. ¿Te apetece descubrir más detalles sobre este hermoso rincón cántabro? ¡Pues estate muy atento a lo que te contamos a continuación!
Un Espacio Natural Protegido
Los árboles de los que hoy vamos hablar no son unos árboles cualquieras, sino que las Secuoyas del Monte Cabezón tienen a sus espaldas un montón de “títulos”: son un “Espacio Natural Protegido” de Cantabria, han sido declaradas Monumento Natural por el Gobierno de Cantabria y fueron incluidas en la Red de Espacios Naturales Protegidos por la Ley de Cantabria de Conservación de la Naturaleza. Tal y como nos cuentan desde la página oficial de Turismo de Cantabria, este monumento natural es en realidad un bosque de 2,5 hectáreas de secuoyas, unos árboles conocidos científicamente como sequoia sempervirens, que se encuentra en el Monte de Las Navas, muy cerca de la localidad de Cabezón de la Sal.
La historia del bosque
Las secuoyas son unos árboles poco frecuentes en España. De hecho, solo podemos encontrar algunas pequeñas masas en estado seminatural. No obstante, en los años 40, en pleno Franquismo, a alguien se le ocurrió plantar aquí más de 800 ejemplares para abastecer de madera a la industria de la zona, ya que se trata de una espacie de rápido crecimiento. Sin embargo, no fueron taladas, ya que cuando llegó el momento de hacerlo ya no interesaban a nadie. Por suerte, gracias a este hecho hoy podemos disfrutar de un bosque tremendamente bello.
Unas vistas espectaculares
Hoy en día perviven 848 secuoyas, con una altura media de 36 metros. En cuanto al perímetro medio, es de 1,6 metros. Por si no lo sabías, las secuoyas son árboles de hoja perenne, por lo que mantienen sus hojas durante todo el año. Así, disfrutarás del bosque durante todas las estaciones. Y es que las vistas tanto en vertical como en horizontal son realmente espectaculares. Por otro lado, es importante tener en cuenta que este monumento natural también incluye 25 pies de la especie pinus radiata. La zona es apta para poder recorrerla de forma cómoda. De hecho, la ruta, que es circular, apenas tiene dificultades. Eso sí, es importante tener en cuenta que el recorrido no está preparado para sillas de ruedas o carritos de bebé.
La secuoya
Las secuoyas tienen su origen en América. De hecho, su nombre proviene de la palabra “sequioah”, un indio cherokee que inventó un alfabeto para el idioma de su tribu. El árbol se caracteriza por su robustez y por la forma cónica de su copa. En condiciones normales puede superar los 50 metros de altura, mientras que puede vivir de 1.000 a 3.000 años. A continuación te dejamos con nuestra galería, donde podrás encontrar más imágenes de este precioso bosque situado en Cantabria. ¡No te lo pierdas!