Es la ciudad más antigua de Francia (se fundó hace la friolera de 2.600 años) y la segunda más grande del país en cuestión de población. Este año, además, Marsella cuenta con el reconocimiento de haber sido elegida Capital Europea de la Cultura, junto con la ciudad eslovaca de Kosice, con quien comparte esa distinción.
Y es que Marsella, en la región de Provenza, es una ciudad cosmopolita e intercultural. Su posición geográfica y sus raíces mediterráneas la han convertido en un auténtico crisol de culturas. Visitarla será toda una experiencia.
El encanto de la mezcla
Marsella, ciudad portuaria y mediterránea donde las haya, celebra su capitalidad cultural este año con un programa completo y variado. Se van a desarrollar nada menos que 74 proyectos que van desde exposiciones hasta espectáculos, pasando por talleres, charlas, coloquios, etc. En estas actividades estarán contempladas todas las disciplinas artísticas: danza contemporánea, teatro, gastronomía, etc.
Pero, además, Marsella tiene mucho que ofrecer, ya por sí misma. En la ciudad podrás visitar monumentos como la catedral de Santa María la Mayor, del siglo XIX, o la abadía de San Víctor. Una estupenda manera de conocer Marsella es hacerlo en el tren turístico, que recorre la ciudad con dos itinerarios muy interesantes. El primero, va desde el Puerto Viejo hasta la iglesia de Notre Dame de la Garde, pasando por la Abadía de San Víctor o el Palacio de Faro, entre otros lugares. El segundo recorrido serpentea por La Panier, el barrio antiguo de Marsella, hasta la catedral de Santa María la Mayor. Ambos son muy recomendables.
Pero Marsella también apuesta por el futuro y está experimentando un gran cambio, en algunas cosas. Así, podrás ver los nuevos proyectos arquitectónicos que acoge la ciudad, como el MUCEM (Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo), la Torre CMA CGM (de 137 metros de altura, creada por Zaha Hadid) o la renovación del Puerto Viejo.