En más de una ocasión ya hemos comentado que España tiene numerosos rincones para visitar y recorrer, ofreciendo un sinfín de posibilidades. Y dentro de ellas están los pueblos. Afortunadamente, España es un país rico en municipios que tienen mucho encanto, historia, tradiciones… que son ideales para visitar en esta época del año y en cualquier momento. Además, hay opciones tanto para hacer turismo de interior como para los amantes de litoral. En esta ocasión, nos vamos a centrar en los pueblos españoles que tienen menos de 10.000 habitantes y apuestan por un turismo de calidad. Todos ellos son una buena alternativa para poner fin a este año con un buen viaje.
Los pueblos
Uno de los municipios es Aia, en Guipúzcoa, que está situado en un enclave privilegiado en torno al río Oria, que permite observar vegas, marismas o humedales que están muy bien conservados, a pesar de las amenazas. Además, aquí también se encuentra el parque natural de Pagoeta y parte del Biotopo Natural de Iñurritza.
El recorrido también nos lleva a Chelva, en Valencia. Esta localidad tiene numerosos monumentos religiosos, pero también civiles. Dentro de estos últimos están sus barrios históricos como el barrio andalusí de Benacacira, así como la Torrecilla, que es la torre de origen almohade construida sobre un asentamiento ibérico o el Palacio Vizcondal, que fue construido a partir de las instalaciones del castillo musulmán, entre otros atractivos.
En esta ruta nos encontramos con Cuacos de Yuste, en Cáceres. Entre sus principales puntos de interés está el Monasterio de Yuste, que forma parte del Patrimonio Nacional y que fue uno de los principales enclaves de la Orden de San Jerónimo. También tiene gran interés la Casa de Juan de Austria, general y almirante que mandó la flota de su hermanastro el rey Felipe II.
En Lérida, por ejemplo, está La Baronia de Rialb. Aquí merece la pena ver el Pantano de Riab, así como el Monasterio de Santa María de Gualter, la iglesia románica de Santa Eulalia de Pompanyons y la iglesia románica de Sant Girvés de la Torre. No hay que dejar el pueblo sin ver el Domen de Sòis de Riu.