Escocia es uno de los destinos más bellos que hay en el planeta y que más encantos esconde. Además, es un lugar que ofrece múltiples posibilidades tanto para recorrer sus principales ciudades, las islas, su interior… Y, por supuesto, lugares más recónditos o escondidos que, quizá, son menos conocidos, pero que guardan una gran belleza. Aquí nos vamos a centrar hoy en aquellos que están rodeados de agua. Es decir, en playas y lagos con mucho encanto.
Playas
Escocia tiene alrededor de 78.772 kilómetros cuadrados en los que destacan los kilómetros y kilómetros de litoral y costa. Y ahí se encuentran playas que son de gran belleza, pero que están situadas en lugares más alejados y recónditos de las tradicionales y típicas rutas turísticas.
Las opciones son varias. Una de las vistas más bonitas se encuentra en la Bahía de Sandwood, que está situada al Noroeste de las Highlands. Es un lugar que destaca por las extensiones de arena y su red de dunas.
Además de este paisaje, es un excelente lugar para ver una puesta de sol y admirar Am Buachaille, que es el espolón de mar que se eleva frente a la bahía. Para ir a esta bahía, el paisaje también es de gran belleza. El mejor acceso es recorrer un sendero de 6,5 kilómetros que parte desde la aldea de Blairmore.
Otra de las playas que no hay que perderse en Escocia es la llamada Coral de Claigan, que está situada en la Isla de Skye. Esta playa se diferencia del resto por su arena blanca y las aguas turquesas en las que se observan diminutas algas, que no son muy habituales en esta parte del Océano Atlántico.
Es una vista espectacular a la que se suma el contraste de las verdes colinas y el silencio que impera en la zona. Desde este lugar se observan también unas panorámicas precisas de la Isla de Harris.
Y, aunque el recorrido de las playas en Escocia es mucho mayor, en esta ocasión, lo cerramos con la Playa de Machrihanish, que está en la Península de Kintyre, cerca de la aldea de la que la playa toma su nombre y de Campbeltown.
Es una zona en la que hay que fijarse bien en el agua del océano que la rodea, siendo un entorno ideal para pasear. Además, si se es aficionado al surf, es un destino 10 para ir con la tabla.
Lagos
También como destino de agua, están los lagos, que no pueden faltar en un viaje a Escocia. Además de visitar los más famosos como el Lago Ness, hay otras alternativas muy interesantes y atractivas como el Lago Rusky, que está cerca del pueblo de Callander y de Stirling.
El lago es precioso para verlo a cualquier hora del día pero, especialmente, con los primeros rayos de sol. Si gustan los animales, se pueden observar las águilas pescadoras, que son habituales en esta zona.
El Lago Tarbert, en la Isla de Jura, también merece una visita. Este lugar se caracteriza por ser de los más protegidos de Escocia. Se puede recorrer a través de un sendero por sus orillas. Un camino que también permite acceder al centro de esta isla.
Y, finalmente, hoy vamos a hablar de los lagos de Harray y Stenness, ambos en las Islas Orcadas, en su zona oeste. Es muy curioso ver la separación de los dos lagos por una calzada, que se encuentra en su punto más estrecho.
Además, el Lago Harray tiene la particularidad de ser una cuenca de agua dulce, que desemboca en el Lago Stenness, que es salobre. A su vez, su agua va al mar lentamente. Son lagos cuyo encanto también radica en que están en una zona declarada Patrimonio Mundial de la Unesco.