La ruta de los “castillos de la libertad”, como muchos los han denominado, recorre los importantes vestigios monumentales de los cátaros (siglos XII y XIII), que hoy son considerados, casi, como un mito. Un recorrido de dos o tres días en coche, nos mostrará gran parte de estas reliquias del pasado en las acogedoras tierras occitanas.
Una vez pasada la frontera, toda la ruta cátara está perfectamente señalizada e indicada y el recorrido se puede hacer desde Foix a Perpignan como desde Perpignan a Foix.
Castillo de Roquefixade
Si tomamos como punto de partida la ciudad de Foix, el siguiente pueblo que encontramos es Lavelanet y el acceso al castillo se realiza desde el mismo. Tan sólo se conservan algunas piedras aunque la panorámica es espléndida.
Castillo de Montsegur
Es el más famoso de todos por ser testimonio de la muerte de 225 cátaros que murieron en la hoguera por no abjurar de su fe en el año 1244. El camino hacia el castillo parte desde el Prado de los Quemados, donde se emplaza una lápida en honor a estos hombres. Desde allí, el ascenso al castillo es uno de los más duros, pero las vistas recompensan el esfuerzo.
Castillo de Puivert
De fácil acceso, pues está situado a pie de carretera, su edificación deja patente la finalidad para la que se construyó. A diferencia del resto, este castillo fue un lugar de ocio donde se celebraban torneos de caballos, y punto de encuentro de juglares y trovadores.
Castillo de Puilaurens
Se accede desde Lapradelle y fue uno de los emplazamientos más importantes de la resistencia cátara. El camino de ascenso es bastante duro pero permite conocer la flora autóctona y tener una idea del complejo sistema defensivo que le caracterizaba.
Antes de llegar a la siguiente parada, Saint Paul de Fenouillet nos muestra sus espectaculares Gorgues de Galamus, un estrecho pasaje entre montañas por donde discurre el río.
Castillo de Peyrepertuse
Se trata de una espectacular obra militar del siglo XII, perfectamente mimetizada con la montaña. Su extensión alcanza los 300 metros de longitud y el acceso se realiza por un estrecho camino entre bosques que parte desde el aparcamiento.
Castillo de Quéribus
Con un emplazamiento espectacular, a unos 728 metros de altitud, y muy cercano al castillo de Peyrepertuse, fue el último reducto cátaro que cayó en manos del rey (año 1255). Se trata de un auténtico “nido de águilas”.
Castillo de Aguilar
Construcción del siglo XII, al cual se puede acceder desde el pueblo de Tuchan, e incluso hasta los pies del propio castillo, en coche. La parte más interesante de su estructura es la doble muralla exterior con seis torres circulares, ya que de la parte interior apenas quedan restos. Otro atractivo que ofrece su visita es la inmejorable vista sobre las viñas de las Corberes.
A unos 5 kilómetros, en el pueblo de Tautavel podemos visitar el museo con los restos prehistóricos de los primeros pobladores de la zona, hace unos 400.000 años.