Como te hemos ido demostrando durante las últimas semanas, el planeta está repleto de lugares fascinantes. Las montañas de colores de Zhangye (China) o el extraño géiser Fly de Nevada (Estados Unidos) son dos ejemplos de las maravillas que puede ofrecernos la Tierra, ya sea con ayuda del hombre o sin ella. Hoy queremos mostrarte otro de esos lugares mágicos que te dejarán con la boca abierta.
Bajo las verdes colinas de Waitomo, en Nueva Zelanda, puede encontrarse un laberinto de cuevas y ríos subterráneos en el que además de poder ver las formaciones más habituales de las entrañas del planeta, como pueden ser las estalagmitas, las estalactitas o depósitos calcáreos, puede observarse a un curioso inquilino: la larva glowworm (gusanos luminosos). Y te preguntarás, ¿qué tiene de particular? ¡Pues que brilla a través de la bioluminiscencia! ¿Más detalles? ¡A continuación!
La larva luminiscente
La también llamada arachnocampa luminosa es una larva que vive colgada en los techos de algunas cavernas de Nueva Zelanda (las más húmedas). Concretamente, se sitúan en una especie de hilo casi invisible. Para atraer a los mosquitos que se convertirán en su comida, producen luz de forma química.
Podrás contemplar bien de cerca a estos luminosos animales a través de un barco silencioso que pasa por un río subterráneo.
La formación de Waitomo
Como tantas otras cuevas del planeta, las de Waitomo se crearon por un movimiento de la tierra que provocó que la roca se expusiera al aire, separándose y creando grietas y debilidades que permitieron el flujo de agua a través de ellas. La disolución de la caliza y el paso de millones de años hicieron el resto.
A continuación te dejamos con algunas bellas imágenes de este mágico lugar. ¡No te las pierdas!