España es uno de los países del mundo con más sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Parques naturales, pinturas rupestres, obra modernistas o ejemplos de ingeniería industrial se encuentran entre ellos, pero hoy queremos hablarte de una nueva incorporación a la lista. Se trata de las Fiestas del Solsticio de Verano en los Pirineos, más conocidas como las Fallas de los Pirineos. Lógicamente, han sido incluidas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Se trata, sin duda, de la máxima distinción para prácticas y expresiones culturales inmateriales de todo el planeta.
Teniendo en cuenta la importancia que tienen estas fiestas, hoy en Vuela Viajes hemos querido mostrártelas a fondo. Si no has tenido la oportunidad de disfrutar de ellas, te recomendamos que lo hagas una vez en la vida como, por ejemplo, el próximo año. ¿Te gustaría descubrir todos los detalles sobre las fiestas pirenaicas? ¡Pues no te pierdas nada de lo que te contamos a continuación!
Municipios de Francia, Andorra y España
Aunque, en realidad, la candidatura de las fiestas a la lista de la UNESCO fue presentada por Andorra, lo cierto es que las Fallas de los Pirineos también incluyen municipios de España y Francia. En concreto, 17 catalanes, 9 aragoneses, 3 andorranos y 34 franceses. Por eso, podemos disfrutar de este éxito tanto como los habitantes de Andorra y el país vecino.
El fuego como protagonista
A pesar de su nombre popular, estas fiestas no tienen nada que ver con las Fallas que se celebran en algunos rincones de la Comunidad Valenciana y, en especial, en su capital. En realidad, sí que tienen un elemento en común: el fuego. En ambos casos, éste se convierte en el protagonista, aunque la finalidad es bien diferente, ya que en las Fallas de los Pirineos no se quema ningún muñeco, sino antorchas. Muchísimas antorchas.
De la infancia a la edad adulta
Las Fallas de los Pirineos se celebran durante el solsticio de verano (del 21 al 22 de junio) en diferentes municipios de España, Andorra y Francia, como ya te hemos comentado antes. Se trata de una tradición ancestral que se centra en los fallaires (también llamados falleros), que bajan desde la parte alta de las poblaciones con antorchas de cortezas y ramas encendidas. Con ellas, trazan figuras en el aire, lo que representa el paso de la infancia y la adolescencia a la madurez. Aunque el momento en el que las antorchas bajan montaña abajo es realmente mágico, lo cierto es que también te encantará la fiesta que se celebra después alrededor de la hoguera, con música y comida ofrecida por los jóvenes del pueblo en cuestión.
Diferentes versiones
Lógicamente, cada una de los pueblos tiene su propia versión de las fiestas. Por ejemplo, en el pueblo de Isli (Lleida), se enciende un tronco de árbol en la hoguera para que los jóvenes comiencen el descenso de la montaña. También es importante tener en cuenta que, con la demanda del reconocimiento por parte de la UNESCO, algunos municipios han recuperado la tradición, que se había perdido con el paso de los años. Además, también ha permitido el resurgimiento de muchas asociaciones. Por otro lado, es importante saber que, debido a su incipiente atractivo turístico, los pueblos han repartido las fiestas a lo largo del verano. De hecho, han creado un calendario de fallas que permite seguirlas desde el mes de junio hasta agosto. Y es que, teniendo en cuenta el reconocimiento que acaban de obtener, se espera una gran repercusión turística, como ya ha ocurrido con el Vall de Boí o las fiestas de la Patum en Berga.