En la Vía Appia Antica de Roma se encuentran algunas de las catacumbas más importantes de la ciudad. Su historia comienza allá por el siglo II y finaliza tres siglos después, concretamente hasta la primera mitad del siglo V. En un principio fueron construidas como lugar de sepultura. Sin embargo, durante los períodos en los que hubo persecución religiosa, estos lugares se convirtieron en lugar de encuentro para los fieles, de devoción y celebraciones en las que recordaban a los mártires.
De la zona de Vía Apia, las catacumbas más importante son las de San Calixto, las de San Sebastián y las de Santa Domitila. Las tres se pueden recorrer, pero siempre en una visita guiada. Es importante que antes de visitarlas te informes de los horarios y días de apertura, ya que están abiertas al público pero alternativamente según la época del año.
Las de San Calixto son las más famosas, además de las más grandes. En la imagen superior se aprecia uno de sus pasillos. Se dice que en los 20 kilómetros que tiene, se han encontrado medio millón de sepulcros. Dos de las cosas más importantes de estas catacumbas son la cripta en la que fueron enterrados siete papas mártires en el siglo III, y la tumba de la mártir Santa Cecilia.
Por otro lado, las Catacumbas de San Sebastián y Santa Domitila no son tan importantes, pero no por eso dejan de ser interesantes. La primera de ellas tiene una iglesia en la que están guardadas las flechas con las que mataron a San Sebastián. Además pueden visitarse tres mausoleos, en cuyo interior se pueden apreciar diversos frescos y epígrafes. Las de Santa Domitila tienen también frescos cristianos en sus paredes y la Iglesia subterránea de los Santos Nereo y Aquileo, además del Mausoleo de las Fosas Aedeatinas.