Es difícil decir qué playa es la más bonita de Europa sin arrepentirse nada más pronunciar el nombre de la elegida. En este caso me he decantado por Calanque d’en Vau, que no es ni mucho menos tan popular como la de Ses Illetes (Formentera) o la de La Pelosa (Cerdeña), que son dos de las que habitualmente aparecen en los rankings de playas espectaculares.
Está en Cassis, a una media hora de Marsella. Es el mejor exponente de la Costa Azul por su espectacular paisaje, aunque por desgracia no todo el mundo puede llegar hasta allí sin esfuerzo. De hecho, incluso hay gente que se ha perdido por el camino y no ha sido capaz de poner los pies en su orilla.
Un espectáculo que no hay que perderse
Sus escarpados barrancos, que lucen la típica vegetación mediterránea que a tantos enamora, son una advertencia de lo complicado que puede ser llegar a besar el agua, que por cierto es de un color turquesa que habla por sí solo.
Tú eliges si quieres llegar, para lo que necesitarás unas dos horas de tiempo que te recomiendo gastar a primerísima hora de la mañana (para evitar el calor y para ser de los primeros en llegar). La otra opción, bastante menos asequible a nivel económico, es la de acercarse a la playa en una embarcación.
Una vez allí, viendo que sus aguas son tranquilas y cristalinas, lo más normal es que quieras coger tu equipo de snorkel para contemplar la belleza del fondo marino. Te darás cuenta de que ha merecido la pena sudar la gota gorda para llegar a la que seguramente sea la playa más fascinante y escondida de Francia, donde por cierto no hay ni rastro de chiringuitos.