Uno de los países que más turismo ha ganado en los últimos años es Grecia, que gracias a sus impresionantes islas se llena de turistas cada verano (además, claro está, de visitar la histórica Atenas). Tanta es su fama, que hay muchos cruceros que hacen rutas por algunas de sus islas para poder admirar la belleza que tienen, que la verdad es que una está delante y «lo flipa» con lo que está viendo.
Hoy me gustaría escribir sobre una de las playas más bonitas que he visto en ese país, la playa de la Bahía de Myrtos, una de las más famosas gracias a la magia que desprende el agua con esos colores tan perfectos que parece que estén pintados en vez de ser reales. La belleza de sus colores se debe a los sedimentos que se acumulan en la bahía, que se ven convertidos en diferentes colores a causa de las puestas de sol, así que los colores cambian varias veces al día.
Esta playa está al noroeste de la isla de Cefalonia y está protegida por dos imponentes montañas que parece que envuelven la bahía. Sus colores la han hecho mundialmente famosa y miles de turistas acuden allí cada año únicamente para ver ese espectáculo de cambio de colorido que pasa por los azules, verdes, rojos o naranjas. El oleaje en esta playa suele ser muy intenso, lo que también ayuda a que el efecto del color se note más.
Pero no todo lo bonito de la playa de Myrtos es su colorido ya que el entorno natural en el que está es único gracias a los gigantescos acantilados que hay en la zona. Para poder llegar a la playa hay una carretera muy bien asfaltada y todo está muy bien indicado. Al aparcar habrá que bajar por una pendiente pero no hay ningún riesgo ya que lo tienen todo bien preparado para tanto turista.