Muchos destinos se disfrutan por la vista por los espectaculares paisajes, mientras que otros por el gusto porque son una buena opción para degustar la gastronomía. Sin embargo, hay lugares que es posible conocer a través de otros sentidos o bien con todos ellos. Es el caso de Taha’a, también conocida como Isla de la Vainilla, porque es zona de estas plantaciones. No es el único atractivo de este destino dentro de la Polinesia Francesa.
Vainilla
Taha’a tiene muchos atractivos. Dentro de ellos destaca la vainilla porque aquí se concentra el 80% de la producción total de la Polinesia Francesa y se hallan las plantaciones más grandes e importantes del país.
Un motivo por el que toma el sobrenombre de esta flor, que también impregna con su aroma a toda la isla, siendo un auténtico placer descubrirla a través del olfato. Además, es posible conocer plantaciones y los secretos de la vainilla dentro de su entorno natural.
De hecho, no hay que dejar la isla sin probar la vainilla tahitensis, que es única, aparte de ser muy valiosa por el sabor que tiene. Su cultivo requiere de un saber que se va adquiriendo con el paso del tiempo y con la experiencia.
Otros atractivos
Esta isla no es solo vainilla. También tiene el encanto de poder vivir unos días de forma tranquila y disfrutar de las montañas y de los minúsculos motu con playas de arena blanca brillante.
La isla, que tiene forma de flor, comparte la laguna y arrecife con la Raiatea, siendo otro de sus principales atractivos. El recorrido también debe llevar a recorrer el Jardín de Coral de Taha’a. Y, además, si se es amante del senderismo, hay rutas exóticas por la selva que llevan hacia los montes Puurauti y Ohiri.
Y, al margen de la naturaleza, la isla cuenta con otros puntos de atracción como la granja de perlas o las destilerías de ron que abundan en su zona interior.