En Castelló d’Empúries, municipio situado al noreste de Cataluña, muy cerca de ciudades como Figueres o Empuriabrava, se puede disfrutar cada año del Festival Terra de Trobadors. En esta ocasión, durante la decimonovena edición de esta fiesta tradicional que gira en torno a la época medieval, tuve la ocasión de poder asistir en primera persona para disfrutar del sinfín de actividades que allí tenían lugar.
Las tradiciones milenarias se dan cita en un municipio cargado de historia y cultura. Además, todo ello acompañado de un paisaje idílico. A pesar de que en el pueblo tan sólo viven unas 12.000 personas, durante el 11, 12 y 13 de septiembre la población se multiplica por la gran afluencia de personas que se dan cita en el Festival Terra de Trobadors. La verdad es que vale la pena acercarse hasta allí para verlo.
Espectáculos infantiles con títeres, exposiciones de todo tipo para fomentar la historia y la cultura, espectáculos audiovisuales, grupos de música antiguos con los respectivos atuendos e instrumentos de la época, talleres de danzas medievales, muestra de ganado, visitas guiadas, pasacalles, conciertos… fueron algunas de las muchas actividades que organizó este año el Ayuntamiento de Castelló d’Empuries.
A todo esto hay que sumar un ambiente espectacular con las calles y la gente metida en el papel. Los balcones estaban llenos de escudos de la época, los anfitriones iban vestidos como antaño y abundaban las paraditas en las que se ofrecía comida, espadas, escudos y otras herramientas que actualmente se fabrican de una forma muy distinta. Tampoco podemos dejar de citar las tabernas, donde todos los productos que se ofrecían eran de gran calidad.
Otra de las posibilidades que brindaba la visita era la de poder visitar una cárcel. Se podía entrar a varias celdas y contemplar cómo lo pasaban los presos de hace cientos de años. La verdad es que no tenían mucho espacio para moverse y las condiciones en las que vivían eran realmente precarias.