Malmedy es una preciosa ciudad belga que está situada en la confluencia de los ríos Warche y Warchenne. Tiene muchos lugares de interés como la Casa Villers, la Capilla de los Enfermos, el Parque Natural de las Hautes Fagnes o la Casa Cavens, aunque si hay que elegir un lugar que destaca por encima de todos los demás ese sería sin duda la Catedral, que es uno de los emblemas de la ciudad y el más visitado. Construida a finales del siglo XVIII, no se consideró Catedral hasta el siglo XX, así que no es tan antigua como el resto de las iglesias históricas.
Museo del Chocolate de Bruselas
Todos los amantes del chocolate, y los que no lo son tanto, saben que uno de los mejores lugares para probar esta maravilla culinaria es Bélgica y, más concretamente, su capital Bruselas. Es muy probable que gran parte de su éxito se deba a que conservan las tradiciones y recetas de antaño y que también están continuamente innovando. No es entonces de extrañar que en Bruselas nos encontremos con el Museo del Cacao y el Chocolate, el cual visitan anualmente más de 50.000 personas y en la lista de los museos más curiosos del mundo. Está situado cerca de la estatua Manneken Pis y del Groten Park, concretamente en la Rue de la Tetê d’Or 9-11, en un edificio del siglo XVII que le da aún más belleza al original museo.
En este magnífico y especial museo puedes encontrar más de 200 variedades de chocolate, ya sea en sus tradicionales bombones o en dulces de otras originales formas y sabores. Puedes hacer también una visita guiada en la que te explicarán la historia del cacao, desde sus orígenes cuando comenzó a ser cultivado por los aztecas y mayas y poco a poco comenzó a entrar en el mercado europeo hasta cuál es el procedimiento para cultivarlo y fabricarlo para que termine llegando a tu boca. Además, puede verse todo ese proceso en fotografías y vídeos para que no pierdas detalle. Una auténtica maravilla.
Qué ver en Namur, Bélgica
Namur es la octava ciudad en población de Bélgica y una de las grandes desconocidas para los turistas que visitan el país y que se centran principalmente en ciudades más conocidas como Bruselas, Amberes, Brujas o Gante. A pesar de eso, es una de las ciudades más bonitas de Europa y que tiene unos espectaculares paisajes naturales, en parte gracias a la confluencia de los ríos Sambre y Mosa. Una ciudad en la que podrás disfrutar con su naturaleza, arquitectura e historia.
Si vas a viajar a Namur podrás ver la gran influencia del imperio romano en la ciudad viendo algunos de sus muchos restos arqueológicos, casi todos ellos en el centro histórico de la ciudad y que comenzaron durante el asentamiento comercial de éstos en la época celta. Uno de los lugares de interés más importantes de Namur es la Ciudadela, que actualmente está ya desmilitarizada y abierta al público y donde si viajas en Semana Santa podrás disfrutar con la fiesta de la cerveza que se hace en su interior.
Viajar a Amberes
Amberes se ha convertido en el lugar preferido por los magnates de la moda, las reinas de los clubes nocturnos, los amantes del arte y los comerciantes de diamantes. La capital de Bélgica tiene un nuevo aire fresco donde uno se puede deleitar con la fama y las fortunas de otras personas. Lo más característico de la ciudad: su atemporalidad.
El centro es bastante antiguo. Está construido alrededor de la catedral más imponente del país que sigue siendo tan hermosa como lo era hace siglos. Encontrarás bonitos escondites por sus calles empedradas y pequeñas callejuelas con un sinfín de de restaurantes y bares, tiendas de antigüedades, galerías de arte, tiendas de chocolate, boutiques de grandes diseñadores e importantes joyerías.
En pocas palabras, podríamos decir que Amberes es una de las ciudades del mundo más indicadas para derrochar dinero. La ciudad entera se parece a un museo de arquitectura gracias, principalmente, a su fortaleza medieval que se encuentra a orillas del río frente al mar. Lo más distintivo es su arquitectura barroca y gótica flamenca. La ciudad fue el hogar de Pieter Paul Rubens, el artista más grande del norte de la Europa barroca. Una visita a su casa y a su estudio en el centro de la ciudad te permitirá hacerte una idea de cómo era su fabulosa vida.
La moda, ha convertido a Amberes en un gran imán para los compradores. Para una ciudad de su tamaño, cuenta con un gran número de tiendas de los diseñadores más de moda que te puedas imaginar. También, gracias a esta modernización, la cultura gay está muy presente. La denominada “cultura de club” se ha ido ampliando con el paso del tiempo y se realizan infinidad de fiestas.
Razones para visitar Gent
Gent, situado en Bélgica, nació en la confluencia de los ríos Leie y Schelde. En el siglo XIII, Gent y Brujas se unieron por el canal, y casi 100 años más tarde más de 5.000 trabajadores ya trabajaban en el sector textil en la ciudad. Durante años y años el sector textil estuvo en pleno auge pero vertían sus contaminantes al río Leie, lo que hizo que tomara un color lamentable.
Las cosas han mejorado mucho en los últimos 10 años; el Leie ha sido limpiado, el turismo está en auge y la prestigiosa universidad de la ciudad atrae a estudiantes de todo el mundo. Esta afluencia de jóvenes ha convertido a la ciudad en un sitio especialmente vibrante, enérgico y con mucha historia sin quedarse anclado en el pasado. Si todavía no te has decidido a visitar esta ciudad, aquí tienes algunas razones por las que deberías ir:
– Evita las multitudes. El centro medieval de Gent es un poco menos bonito que el de Brujas, pero mientras que los turistas de allí están todo el día esperando colas y metiéndose en multitudes, en Gent no encontrarás sitios agobiantes y podrás realizar visitas muy a gusto.
– Comer, beber y ser feliz. Cuando se trata de comer, Gent cuenta con algunos de los mejores restaurantes regionales belgas. Algunos de los platos típicos de la zona son: waterzooi (crema de caldo de pollo) y paling in’t Groen (anguila en salsa verde).
– El canal de Gent y, en concreto el lado Graslei, es uno de los más bonitos lugares del país, y está bordeado por un montón de cafés y restaurantes. El buen tiempo y sus terrazas te invitarán a sentarte y disfrutar de las vistas.
Conoce en un día Lovaina
Lovaina es una ciudad universitaria de Bélgica que se encuentra a sólo 20 minutos en tren de Bruselas. Es la capital de Brabante Flamenco donde los jóvenes estudiantes pedalean entre los emblemáticos edificios del casco antiguo. Es ideal para conocerla en 24 horas, ya que todos los lugares interesantes y con encanto están muy próximos entre sí.
-Mañana
La avenida que hay en frente de la estación nos lleva al centro. Sus tiendas y boutiques te sumergen de inmediato en el ambiente de la ciudad. Si tu visita es un viernes o un sábado descubrirás sus alegres mercados.
Lovaina ha conservado su carácter medieval, podrás descubrirlo realizando su City Tour donde disfrutarás de diferentes atracciones turísticas.
-Mediodía
En el centro busca una terraza y come algo. Junto al Ayuntamiento los bares se suceden uno tras otro. En verano las terrazas invaden la plaza principal.
En la fachada del Ayuntamiento cuentas nada más y nada menos que con 236 imágenes de célebres personajes de la historia de la ciudad. De gran belleza es la Sala de Plenos, con pinturas que muestran importantes acontecimientos de la ciudad.
-Tarde
Si te apetece un paseo más largo, camina hasta el final de la Schapenstraat hasta el Beaterio Mayor, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En la actualidad es una residencia universitaria. No te despistes y continua caminando hasta el Jardín Botánico que es el más antiguo de Bélgica.
Sacia tu sed en la cervecería artesana Domus, cerca de la Plaza Mayor. Tres tipos de cervezas artesanales fluyen directamente de la fábrica a los barriles del bar.
-Noche
Para concluir esta magnífica jornada disfruta de acogedor ambiente que se respira entre la gente de la ciudad. Déjate seducir por alguna de sus muchas terrazas y cena tranquilo después de un día tan agotador.
Dulce Bélgica
Si eres un adicto al chocolate este es tu paraíso. Bélgica es famosa por dos grandes vicios: la cerveza y el chocolate.
El país ahora produce 172.000 toneladas de chocolate al año y aunque la técnica se ha copiado en toda Europa, el chocolate de Bélgica es único. Hay, aproximadamente un total de 2.000 tiendas especializadas en chocolate a lo largo de este pequeño país.
Lección de historia
No es de extrañar que el Museo del Chocolate (Musée du Cacao et du Chocolat) es una de las paradas más populares para los turistas hacer un recorrido turístico de la ciudad. Situado en la multitud de la Grand-Place, el museo muestra los orígenes del chocolate, la llegada del cacao a Europa y las leyendas que rodean a este maravilloso producto llamado el «alimento de los dioses».
Vámonos de tiendas chocolateras
No puedes dejar de hacer un recorrido por las tiendas que durante generaciones familiares han trabajado con este delicioso producto.
Las tiendas situadas en torno a las principales zonas turísticas, como la Grand-Place y la Place de Grand Sablón son las más caras.
– Neuhaus:
Grand-Place 27
Paraíso para el chocolate-adicto.
– Pierre Marcolini:
Place du Grand Sablón 39
Considerado por muchos como el mejor chocolatero del mundo.
– Godiva:
Place du Grand Sablón 47
Recetas celosamente custodiadas y de temporada.
– Léonidas:
Bd. Anspach 46
La más popular y barata.
Realiza una visita guiada
Si después de todo esto todavía no estás cansado de tanto chocolate, puedes realizar alguna visita guiadas. Algunos chocolateros ofrecen tours en sus fábricas donde podrás ver cómo trabajan el chocolate: colocación en los moldes y decoración por parte de los artistas del chocolate. Dos de los tours más tentadores son los que se realizan por Le Chocolatier Manon y Chocolaterie Duval.
Malinas
¿Sabíais que Malinas es la única ciudad belga que aparece citada cuatro veces en la lista de patrimonio mundial?
Esta pequeña ciudad (aproximadamente 80.000 habitantes) está situada en Flandes a unos 25 kilómetros al noreste de la capital del país. Cientos de edificios históricos nos recuerdan que esta ciudad fue un lugar de referencia europea durante el Renacimiento.
No os podéis perder la visita obligada a dos de sus edificios más emblemáticos: El Ayuntamiento y la Catedral de San Romualdo.
El Ayuntamiento: Dando un paseo por sus calles encontraremos en el extremo opuesto de La Grote Markt esta impresionante construcción que data del siglo XIV. Solo podremos hacer visitas acompañados por un guía. En su interior encontraremos un sinfín de elementos decorativos neogóticos, mobiliario antiguo, pinturas barrocas y del siglo XIX, así como un colección de tapices muy interesante.
Catedral de San Romualdo: Nos quedaremos impresionados al encontrar su inmensa torre de 97 metros de alto (todavía inacabada), desde lo alto de ella puedes ver toda la ciudad e incluso en días despejados puedes ver el “Atomiun” de Bruselas al sur, y al norte el Puerto de Amberes. La Torre fue construida entre 1452 y 1520, y ya puedes ir en poniéndote en forma si decides ir a visitarla, porque más de 500 escalones nos separan desde el suelo hasta la cumbre de la torre.
Por cierto, para los incondicionales de la buena vida, también es interesante saber que hay una ruta cultural denominada de la cerveza, que nos invita a visitar las mejores cervecerías de la ciudad.