Siwa se encuentra en medio de la nada, en pleno desierto a unos 850 kilómetros de El Cairo y muy cerca de la frontera con Libia. Es una de las zonas más aisladas de Egipto y, a pesar de ser poco frecuentada por el turismo de masas, es de los sitios más bonitos del país. En un enclave digno de ver, está rodeada por un palmeral sobre las dunas del desierto y sobre un lago salado. Sus calles todavía son transitadas por carros de madera y burros.
Para recorrerla, una de las mejores opciones es alquilar una bicicleta y adentrarte en los caminos arenosos del palmeral para llegar al famoso Oráculo de Siwa, que se encuentra sobre una cima de rocas que están visiblemente erosionadas. Desde lo alto, una espectacular imagen de los palmerales juntándose con la orilla del lago y las dunas cayendo a los límites del osasis. En cualquier palmera puedes coger uno de los muchos racimos de dátiles que cuelgan y que son tan típicos en el país.