No hay que tener ni un ápice de vértigo para trabajar en la construcción del One World Trade Center, sobre todo si te toca ensamblar las últimas piezas de este edificio que se acaba de convertir en el más alto de occidente. Dicho privilegio lo había perdido la ciudad de Nueva York por culpa del atentado del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas.
Mide 541,3 metros de altura y cuenta con una antena espiral plateada de 124 metros de altura y más de 700 toneladas de peso que es capaz de emitir una luz LED muy potente (más de 288.000 lúmenes). Por ello no es de extrañar que se pueda ver desde varios kilómetros de distancia.
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