El colorido Zoco de Marrakech

Zoco Marrakech Marruecos
¿Estás planeando tu próxima escapada? ¡Pues estate muy atento a lo que vamos a contarte a continuación! Y es que hoy vamos a hablarte de un destino diferente y completamente único. Nos estamos refiriendo a Marrakech, una de las ciudades más importantes de Marruecos, además de ser una de las más turísticas.

Hacer turismo por Marrakech supone una experiencia fascinante en todos los sentidos, ya que te sorprenderán los sabores, los colores y los olores que se respiran nada más aterrizar en el aeropuerto. Eso sí, donde más podrás disfrutar de esta explosión de nuevas sensaciones será en el Zoco de Marrakech, una de las principales atracciones turísticas del país. ¿Te apetece conocerlo más a fondo? ¡Pues no te pierdas nada de lo que te contamos a continuación!
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Las ciudades más bonitas del mundo

Venecia1
El otoño ya ha comenzado, lo que significa que la mayoría de nosotros tendremos que esperar mucho tiempo hasta poder disfrutar de las próximas vacaciones veraniegas. Sin embargo, nadie dice que no podamos hacer una escapadita de aquí al verano. Además, hay que tener en cuenta que la Navidad está por llegar.

Así, tanto si ya estás preparando las próximas vacaciones veraniegas como si estás pensando en realizar una escapadita pronto, te interesará lo que vamos a ofrecerte a continuación. Y es que vamos a darte una lista de las ciudades más bonitas del mundo según nuestra propia opinión. ¿Te apetece acompañarnos?
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Palmeraie Golf Palace en Marrakech


Nos encontramos en el palmeral de Marrakech, lugar donde el grupo hotelero Palmeraie Hotels and Resorts tiene una estancia única, un hotel espectacular en medio de un destino de lujo, la mejor gastronomía, ideal para jugar al golf, disfrutar del tiempo de ocio, aprender de una nueva cultura y aprovechar la ocasión para el relax más profundo. Todo eso es lo que te espera tan solo dos horas de vuelo desde España.


En un privilegiado entorno marroquí, Lujo Palmeraie Golf Palace, es un hotel cinco estrellas. Sus 315 habitaciones y suites, amplias y confortables, cuenta con preciosas vistas a los coloridos jardines y piscinas del resort y al campo de golf.


El Palmeraie Golf Club dispone de 27 hoyos, y tiene el privilegio de haber sido elegido por cuarto año consecutivo como el “Mejor Golf Resort de Africa” con las nevadas montañas del Atlas como escenario de fondo. En el Palmeraie Spa, el más grande de Marruecos, podrás disfrutar de Hammam formidable y de su gran variedad de masajes al más puro estilo marroquí, donde se utilizan productos con aromas esenciales procedentes de Bali.


También tendrás la oportunidad de montar a caballo, jugar al tenis, visitar la medina o la histórica región de Marrakech. Para los que les guste comer bien, degustarás los sabores y olores de los platos de los ocho restaurantes gastronómicos dirigidos por dos de los chefs galos más prestigiosos como Fabrice Vulin o Jean Marie Gueraische.


La estancia en habitación doble en régimen de alojamiento y desayuno cuesta 118 euros por noche (segunda habitación a mitad de precio). Estancia de 2 días (2 noches) en habitación doble con vistas al Golf en régimen de alojamiento y desayuno, con masaje de media hora incluido, a partir de 187 euros por persona.


Por otro lado, el complejo residencial Palmeraie Village propone una estancia exclusiva en cualquiera de sus 300 villas de hasta tres habitaciones de amplias dimensiones (con superficies de hasta 400 m2) y equipadas con todos los lujos y modernas tecnologías. Máximo confort en el interior de los apartamentos para un máximo de 8 personas que se abren al exterior mediante amplias terrazas. Perfecto para un turismo familiar o de grupos.
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Hotel Les Jardins d’Ines en Marrakech (Marruecos)


En el hotel Les Jardins d’Ines te olvidarás por completo de la rutina. A sólo dos horas desde España, a las afueras de Marrakech (Marruecos), a la que llaman Ciudad Roja, declarada Patrimonio de la UNESCO, en una ubicación incomparable que invita a los enamorados a un fin de semana de ensueño para disfrutar de sus instalaciones de lujo en una estancia casi perfecta.


Hotel maravilloso ubicado en un marco excepcional del palmeral de Marrakech, un paradisíaco lugar que lo convierte en gran destino para pasar un fin de semana único. Lo mejor es que a los enamorados se les da la bienvenida en una alfombra roja, al estilo de las estrellas del cine. En sus habitaciones podrán desatar la pasión y alojarse a cuerpo de rey con posibilidad de solicitar la suite real. No te pierdas las preciosas vistas en la terraza del hotel y darse un paseo tranquilo por el bello jardín.


El servicio va acorde con la calidad del hotel, te recomendamos darte un buen chapuzón en la hermosa piscina del hotel. El restaurante será el lugar perfecto para una velada romántica, dirigido por el prestigioso chef francés Jean Marie Gueraische. No hay nada mejor que una selecta cena a la luz de la luna marrakchí, la mejor oportunidad para degustar la gastronomía francesa con toques modernos y sabores mediterráneos. El precio ronda los 292 euros por noche, incluyendo alojamiento en suite de lujo, desayuno para dos, una cena íntima en el restaurante Dar Inès y un masaje con aceites esenciales o hammam en Palmeraie Spa. El precio te parecerá barato después de probarlo.

Marruecos, un país lleno de encantos y misterio

Para los que aún no sepan que hacer estas vacaciones, Marruecos se revela como una alternativa asequible, económica y, además, con buen tiempo asegurado. Compañías a bajo coste como Ryan Air o Easy Jet, ofrecen vuelos a precios regalados a ciudades como Marrakech o Casablanca desde distintas localidades españolas.

Casablanca, conocida por la película homónima de Víctor Fleming, es un punto de partida idóneo para las personas que quieran conocer la pobreza y miseria del país. Ofrece una visión más realista que la de otras ciudades más enfocadas al turismo como Fez, Rabat o Marrakech.


Sin embargo, no deja de ser, en opinión de muchos, una ciudad oscura, sucia y con muchísima pobreza. El buque insignia de la ciudad es, sin duda alguna, la Mezquita Hassan II, el monumento religioso más grande del mundo después de La Meca y abierto a todos los turistas (aunque no sean musulmanes).Aunque diseñada por un arquitecto francés, todos los materiales utilizados de su construcción son autóctonos.

La Mezquita, que fue construida en conmemoración del 60 cumpleaños del rey Hassan II, puede acoger entre su interior y exterior más de 100.000 personas. Su minarete, el más alto del mundo, es visible desde muchos kilómetros alrededor.

La avenida de Mohammed V, que viene a ser algo así como la Gran Vía madrileña, recoge pequeños hoteles y restaurantes donde comer los platos típicos, como el pescado frito (con las manos), o la langosta. No debemos olvidar que Casablanca es el principal puerto del país y la calidad de su pescado es inmejorable.

Una vuelta por La Corniche (paseo marítimo) o cualquiera de las dos medinas, la nueva o la antigua, son igualmente aconsejables. Pero, sin duda alguna, para los románticos no puede faltar una visita al Rick’s Cafe, donde rememorar la mítica frase –nunca dicha- de “Tócala otra vez, Sam”

Proseguimos viaje hacia Marrakech, no sin antes recomendar al viajero que procure, siempre que sea posible, hospedarse en alojamientos de 4-5 estrellas (la calidad no es comparable a la de hoteles de otros países), no beber agua, verduras crudas o fruta sin pelar y, sobre todo, ir dispuestos a respetar las costumbres ajenas.

Es difícil hacer alguna recomendación sobre Marrakech, puesto que todo él es recomendable. Para los que vayan con poco tiempo, que no se pierdan la plaza de Jemaa el Fna y sus zocos. Un universo de colores y sensaciones difícil de encontrar, incluso en otras localidades marroquíes y que constituye el centro neurálgico de la ciudad.

La plaza, que es un vivo reflejo de las plazas del medievo, es lugar de encuentro de vendedores, músicos, acróbatas y un espacio fascinante a la caída de la tarde. El zoco de Semmarin, cercano de la plaza, es ideal para oler, admirar y disfrutar regateando. ¡Ojo!. En Marruecos el regateo es práctica habitual, así que no está de más hacer los mismo que los autóctonos.

Las murallas, con sus puertas impresionante de Bab Doukkala, Bab el Themis, Bab El Jadid, Bab el Debbah, Bab er Robb y Bab Agnau, son otro de los monumentos dignos de ser vistos en la ciudad, al mismo tiempo que son difíciles de no ver.

El palacio real o Dar El Makhen constituye otro de los edificios dignos de ser vistos. Sin embargo, poco tiene que ver con los palacios europeos comunes. De origen almohade y posteriormente agrandado y embellecido por las dinastías posteriores, sus joyas son el Mechouar (patio de armas) y el Gran Mechouar, donde tenían lugar distintas clases de eventos.

Por último, no podemos olvidarnos del paisaje de grandes contrastes de la ciudad. Los jardines como el de Agdal o de la Menara, con sus estanques, palmerales y todo tipo de vegetación semi desértica contribuyen al colorido y viveza de Marrakech, lo que demuestra que Marruecos es mucho más que mezquitas.

Y si queremos proseguir más viajes por otras ciudades imperiales o fortificadas, o incluso adentrarnos en el desierto, recomendamos fehacientemente utilizar el tren. No sólo es rápido, sino también muy barato, no acumula retrasos y se viaja más cómodamente que en autobús. Eso sí, no merece la pena viajar en primera, puesto que no hay grandes diferencias con respecto a la clase más económica.