La pequeña nación montañosa de Bhután situada al sur de Asia en el tramo oriental de la cordillera del Himalaya, es uno de los países más aislados del planeta. Tanto es así que en muchas regiones del país el turismo está limitado y restringido por el gobierno a través de la única agencia estatal existente, Bhutan Tourism Corporation. Una agencia encargada de supervisar el número de visitantes anuales, las diversas rutas y aojamientos, e incluso la duración del viaje. Todo ello para poder mantener intacta su cultura local.
Todos estos siglos de aislamiento que ha vivido el país, así como su geografía casi inaccesible o su escasa población, son factores que han permitido al país tener uno de los más intactos ecosistemas sobre la faz de la tierra. Alrededor de 550 especies de plantas, 165 especies de animales entre las cuales están algunas que se encuentran en peligro de extinción (el panda rojo, el langur dorado o el leopardo de las nieves) y bosques que cubren el 65% de la superficie del país, son algunas de las cosas que han hecho que se proteja hasta un 20% de su superficie.
Para viajar a esta tierra del dragón de truenos, que es lo que significa su nombre, es necesario conseguir en primer lugar el permiso especial del Ministerio de Turismo de Bhután. Se proporciona además de antemano un itinerario a seguir, y se requiere permanecen en el país mínimo cinco días. Además de esto, es obligatorio pagar unos honorarios de más de unos 200 euros por día, en los que ya estaría incluido prácticamente todo (comida, habitación, transporte, etc.).
Parece ser que este reino enclavado en las montañas del Himalaya se está abriendo cada día más al mundo. Lo que supondría mayor facilidad para viajar al país. Si te animas has de saber también que la mejor época para viajar allí es entre los meses de septiembre y noviembre. Y algo muy importante si eres fumador, fumar es ilegal en cualquier lugar público del país. Es posible que este sea un buen destino para aquellos que no sepan como dejar este mal hábito.