La ciudad de Phnom Penh, a menudo, pasa desapercibida para los visitantes que deciden pasar sus vacaciones en Camboya. La capital de Camboya tiene un gran encanto gracias a sus edificios coloniales, sus pagodas y sus paseos junto al río. Los que decidan pasar allí unos días, descubrirán una ciudad bulliciosa que, poco a poco va emergiendo de sus cenizas.
Durante el gobierno de los Jemeres Rojos la ciudad resultó gravemente dañada por la brutalidad de sus gobernantes y la gran mayoría de sus habitantes fueron desterrados. Cuando los ciudadanos pudieron regresar, sólo se encontraron los esqueletos de los edificios en los que vivían ya que habían saqueado y destruido todo lo que habían podido.
Décadas más tarde, la vida de la ciudad ha mejorado y hay un gran optimismo en el ambiente. Phnom Penh, fue fundada en el siglo XIV, pero no se convirtió en la capital hasta el año 1866, cuando Camboya se convirtió en un protectorado francés. El siglo XX fue una época difícil; fue ocupada por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.
La invasión por parte de los vietnamitas en 1979 comenzó a ayudar a la zona a tener una lenta recuperación. Sufrió diferentes agitaciones políticas hasta las elecciones de 1993 cuando se considera que comienza la nueva era de la ciudad. En la actualidad, su centro histórico está formado por elegantes restaurantes, una gran cantidad de bares y tiendas, y unos inmejorables hoteles que pretenden atraer a un mayor número de turistas.