Con el mes de agosto acabado, pero todavía con días de verano, todavía apetece disfrutar del agua para divertirse y evitar o paliar el calor. Son días en los que bien se puede hacer una escapada para disfrutar de destinos de agua –no solo existe el mar y la playa o las piscinas, aunque sean naturales-, sino también de actividades acuáticas. ¿Qué se puede hacer? Las opciones son diversas. Aquí van algunas propuestas para poner el colofón a las vacaciones y días de descanso.
Rafting
Una de las actividades que se pueden realizar es el rafting. Y, entre los mejores destinos para practicar esta actividad, está el río Noguera en el que es posible realizar un descenso de un total de 14 kilómetros de descenso en grupos de entre cuatro y ocho personas máximo en una lancha neumática.
El descenso por este río, en la zona de Lleida, consiste en sortear rocas con la ayuda de los remos en el tramo de Llavorsí-Rialp, que es uno de los más emocionantes por sus rápidos.
El recorrido es seguro –además los monitores explican previamente todo lo que se debe saber-, pudiendo practicar rafting en familia, ya que es una actividad permitida para niños mayores de diez años. Eso sí, todos los miembros del grupo que participen deben saber nadar. Es una actividad que se puede realizar hasta el 15 de octubre.
Navegar
Más tranquilo es navegar en catamarán o en un velero dentro de una jornada en la que no falta música, relax para tomar el sol y broncearse, sumergirse, hacer inmersiones practicando snorkel para ver el fondo marino o simplemente bañarse con colchonetas y trampolín. Y, por supuesto, sin olvidar la comida tipo barbacoa.
Es una actividad que, por ejemplo, se realiza en Lloret de Mar, en la provincia de Gerona y que, igualmente, está abierta a niños y adultos por lo que es otra opción para disfrutar en familia.
Para quienes no tengan hijos o bien prefieran una escapada romántica, también hay opciones como la posibilidad de ver la puesta de sol, cenar y pasar la noche a bordo en un velero para dos en la localidad malagueña de Estepona.
La embarcación, cuenta con patrón y se realiza un paseo en exclusiva para dos por el mar con el fin de ver también las estrellas y disfrutar de la tranquilidad del mar con una comida también especial y con barra libre de bebidas como cava, vino, cervezas y refrescos durante el paseo.
Agua adentro
Y, para quienes prefieran sumergirse por el fondo del mar, una buena opción es hacer un bautismo de submarinismo. Esto permite –una vez el monitor ha impartido la clase teórica y los conocimientos que se deben tener-, lanzarse al agua para ver el fondo del mar, ya sea rocoso, aguas cristalinas y observar su fauna marina.
En este tipo de actividades, el instructor siempre acompañada durante la iniciación para que no haya problemas y se disfrute la experiencia al máximo. Además, en muchos casos, se recibe un reportaje fotográfico.
Esta experiencia se puede vivir en muchas zonas del litoral español. Y, ¿dónde ir? Entre algunos de los mejores destinos están Ametlla del Mar (Tarragona), Los Abrigos (Tenerife), Calviá (Mallorca), Parque Natural de Cabo de Gata (Almería) y Calpe (Alicante).
Otra experiencia se puede vivir en el Big Blue del Palma Aquarium, uno de los tanques de tiburones más profundos de Europa, para verlos bien de cerca. Vivencia similar se disfruta en L’Aquàrium de Barcelona, que incluso es apta para niños de más de diez años, mientras que en Ametlla de Mar, en Tarragona, se puede nadar entre atunes para conocer el mundo del gran gigante rojo.