El poderoso río Níger es una fuente de alimentos y agua para cinco países de África occidental. Para las más de 20 tribus africanas que dependen de él, el Níger es una fuente vital de la vida. Durante cientos de años las tribus usaban el río en varios puntos de su curso. Al comienzo del siglo XX algunos exploradores lograron seguir el curso del río por el noreste a través de los exuberantes bosques tropicales de Guinea hasta la tierra de Tombuctú.
A partir de aquí se encontraron con que el río serpenteaba alrededor de vastas áreas de sabana y que se formaban las dunas áridas del sur del Sahara. Los geógrafos de la época especularon acerca de si se trataba de un afluente del Nilo, o incluso si era el río Congo. Después de varios intentos, en 1834, fueron capaces de seguir el río hasta llegar a la salida al mar.
Ahora era posible trazar correctamente la ruta del río y, posteriormente, abrirlo para su uso para los comerciantes extranjeros. Desde ese momento, el Níger, comenzó a adquirir una gran importancia internacional. En 1878, cuatro empresas británicas operaban en el río. El tráfico fluvial ha contribuido al desarrollo de una industria maderera, así como aceite de palma y las plantaciones de caucho en Nigeria.
También se permitió la salida fácil y barata para otros productos exportables, así como la importación de diversos productos. La forma de vida para los habitantes del país cambió para siempre. Durante la temporada de lluvias, las tierras altas de Guinea lo alimentan. Poco a poco las aguas van creciendo hasta las llanuras de Malí.