En Vuela Viajes siempre escribimos sobre un montón de destinos turísticos espectaculares que hay por todo el mundo, pero lo cierto es que en nuestro país también se pueden encontrar lugares muy interesantes. Hoy me gustaría escribir sobre un pueblo encantador que está en Granada y que un familiar acaba de visitar, y por lo que me cuenta es maravilloso así que quería compartirlo con todos vosotros.
Se trata de Salobreña, que está a orillas del Mar Mediterráneo y es verdaderamente precioso. Situado frente a la playa, también se le conoce como «la joya de la Costa Tropical», y además de una belleza espectacular suele tener muy buen tiempo durante casi todo el año. Está a tan solo 45 minutos de Granada, así que si vas a estar por la capital o cercanías te recomiendo totalmente que visites este pueblo. Además, también es una opción genial para unas vacaciones de verano o para una escapadita en cualquier momento del año.
También está muy cerquita de la estación de esquí de Sierra Nevada, así que si eres de los amantes de la nieve que disfruta de sus vacaciones en invierno, puedes combinar el esquí con la visita a algunos de los pueblos más bonitos de la zona, empezando por Salobreña, por supuesto. Una de las grandes ventajas que tiene este pueblo es que está relativamente cerca de 3 aeropuertos (Málaga, Granada y Almería), con lo que no hay excusa para no conocerlo.
Sus principales atractivos
En Salobreña hay muchas cosas interesantes, como por ejemplo un castillo morisco que data del siglo X y que ofrece una de las panorámicas más espectaculares del pueblo y alrededores. La iglesia del pueblo es también merecedora de una visita gracias a su estilo mudéjar y a que fue el lugar en el que se hicieron varias excavaciones en las que se encontraron diversos restos romanos.
En la Biblioteca Municipal encontrarás un lugar en el que descubrir gran parte de la historia de Salobreña, gracias en parte a que alberga el museo de la ciudad y que cuenta cómo el pueblo fue prácticamente una isla antes de que el río formara un delta que le dio al pueblo la forma que tiene ahora. Como en cualquier otro pueblo o ciudad, en su centro histórico encontrarás algunos de los lugares y edificios más interesantes. Un laberinto de casas blancas, las típicas andaluzas, que se convierten en un recorrido imprescindible para el turista.
Por supuesto, no se puede dejar de visitar su playa, que se divide en dos por la roca Peñón. Hay que dar un paseíto desde el centro para llegar pero merece la pena ya que además de su belleza hay varios restaurantes y chirginguitos en los que poder disfrutar de lo mejor de la gastronomía local. Por último, destacar la Semana Santa salobreña, una de las más bonitas de todo el país.