Bruselas, capital de Bélgica, tiene más de 1.000 años de antigüedad y es el principal destino turístico de ese país. Además, es también la capital de la Comisión Europea así que se ha convertido en una ciudad muy cosmopolita en la que habitan diferentes culturas y lenguas. Una ciudad fascinante con mucho por descubrir.
Entre las muchas atracciones y lugares de interés de Bruselas está el Palacio Real, la residencia oficial de la familia real belga y que está en pleno centro de la ciudad. Actualmente ya no lo utilizan como residencia oficial ya que el Rey y su familia se mudaron al Castillo Real de Laeken, a las afueras de la ciudad, aunque sí hay que decir que el Rey Balduino trabaja en el Palacio Real.
El Palacio Real de Bruselas está en la Gran Plaza, concretamente en un lugar que separa el palacio del resto de la plaza y enfrente del Parlamento Federal, la otra forma de gobierno del país. El rey Guillermo I, monarca de los Países Bajos, decidió en 1815 reconstruir varias casas de la zona para convertirlas en un palacio real, obras que se terminaron en 1829 y al año siguiente Bélgica se independizó y el rey Leopoldo I ya lo comenzó a utilizar como su residencia oficial.
Las últimas obras lo dejaron en su estado actual en el año 1903 aunque fue en 1935 cuando la familia real decidió mudarse al castillo de Laeken y ejercer en el palacio real únicamente las funciones de estado, algo que sigue sucediendo actualmente, además de servir como residencia del príncipe heredero. Por último, dentro del palacio está el Museo Belle-Vue, en el que podrás conocer la historia de todas las dinastías reales belgas.