Los palacios son lugares realmente espectaculares, ya sean pequeños, grandes o más o menos bonitos. Todos ellos tienen mucha historia, y en cada uno de sus rincones podrás descubrir muchos detalles sobre las personalidades que vivieron en ellos desde su construcción. Hoy me gustaría escribir sobre el Palacio Nymphenburg, que está en Munich y se construyó como residencia de verano para los miembros de la élite de Baviera.
Está al oeste de la ciudad y es un majestuoso edificio que ordenó construir el duque de Baviera en el año 1664 para celebrar el nacimiento de su hijo. Diseñado por Agostino Barelli, la parte central se diseñó con el estilo de las villas italianas. Allí vivieron todos los veranos durante varias décadas y generaciones, y actualmente está abierto al público y es la sede de la Casa de Wittlesbach.
Reconstrucciones
Cinco diferentes duques han pasado por el palacio, y todos ellos realizaron diferentes construcciones para adaptarlos a sus gustos. El primero en hacer obras fue precisamente Maximiliano Emanuel, para quien se construyó el castillo cuando nació. Lo primero que hizo fue añadir pabellones y galerías, haciendo que los laterales fueran más extensos. Las remodelaciones siguieron durante varios años hasta que se consiguió el aspecto que tiene ahora.
Qué ver hoy en día
Actualmente, el Palacio Nymphenburg alberga un espectacular museo de trineos y carruajes antiguos, todos ellos después de haber participado en diversos eventos históricos como coronaciones o nombramientos. También hay una gran colección de porcelana Nymphenburg, una de las más bonitas porcelanas alemanas que hay. Muy destacable también el parque que hay, con un diseño muy bonito y que creó el mismo diseñador que el de los jardines del Palacio de Versalles parisino.