Los castillos y palacios son excelentes reclamos turísticos en cualquier lugar del mundo, y si además están ubicados en paisajes excepcionales como los que te puedes encontrar en Reino Unido, la combinación es perfecta. Hoy me gustaría recomendarte una visita al Palacio Blenheim, que está a 5 kilómetros de Oxford, en Inglaterra.
Ubicado frente a un parque romántico, el palacio fue un regalo de la reina Ana al duque de Marlborough como recompensa por las victorias militares contra Francia, especialmente por la batalla de Blenheim. Es un palacio de estilo ecléctico, sin duda lo más característico de su arquitectura, y es el ejemplo perfecto de lo que era una vivienda real en el siglo XVIII. En el año 1987 fue declarado Patrimonio de la Humanidad gracias a su importancia arquitectónica y al paisaje en el que se integra.
El principal interés que tiene este palacio es la autenticidad de su carácter, puramente nacional y en el que se resaltan los triunfos de los ejércitos ingleses sobre los franceses, algo que sin duda marcó la historia de ese país. Dependiendo de lo mucho o poco que te guste la arquitectura y el paisaje puedes verlo en una hora o estar todo el día ya que hay varias rutas para no perder detalle de lo más interesante y que puedas elegir lo que más te apetece descubrir.
De su interior se pueden destacar los Salones de Estado, en los que puedes ver una gran variedad de retratos, tapices, porcelanas, muebles y elementos decorativos de aquella época. Hay una exposición sobre Winston Churchill, que nació en ese castillo y cuya historia se repasa en la habitación en la que vino al mundo. Ya en el exterior, también puedes hacer un recorrido por los jardines para terminar el día de forma relajada y disfrutar del buen tiempo en alguna de sus terrazas.