La capital italiana, Roma, es una de las ciudades más ricas en cuanto a oferta de turismo que te puedas encontrar en el mundo, y es que tiene tantos y tantos lugares de interés que se podría escribir sobre ello toda la vida y nunca quedarte sin tema. Hoy me gustaría hablar del Monte Aventino, una de las siete colinas sobre las que se construyó la antigua Roma y que fue totalmente fortificada en el año 1000.
Hoy en día el Monte Aventino es también una de las zonas residenciales más lujosas y exclusivas de la ciudad y en sus alrededores hay restos de la antigua Roma como el Circo Máximo, las Termas de Caracalla o las Catacumbas de la Vía Apia Antigua. Lo que más llama la atención de esta “urbanización” es que muchas de las casas tienen campanarios propios y jardines privados que son auténticos parques.
A los pies de la colina puedes encontrarte con los templos Hércules y Vesta, que son dos de los monumentos antiguos más completos de la ciudad y que datan del siglo I. Otra de las atracciones es El Celio, que es otra colina cercana en donde está la Iglesia de San Gregorio Magno en la que los monjes fueron capacitados antes de salir como misioneros. Lugares con muchísima historia.
Además de la iglesia tienes también muy cerca el Parque de Villa Celimontana, en el que todas las noches de verano (entre junio y agosto) hay conciertos de jazz. En la entrada principal del parque hay varias fuentes barcos espectaculares y muy cerquita está la Esquilina Porta, una de las murallas originales de la ciudad y con origen en el año 4 antes de Cristo.