Los castillos son uno de los grandes atractivos que te puedes encontrar en muchísimos lugares del mundo, siendo además también los lugares más visitados ya que millones de personas sienten una gran admiración por este tipo de fortalezas. En nuestro país puedes encontrar muchísimos en todas las Comunidades Autónomas, y hoy me gustaría escribir sobre uno de los más bonitos que he visto y que he descubierto gracias a un viaje de un familiar a Alicante.
Se trata del Castillo de Castalla, que está en el municipio alicantino de Castalla, un lugar con mucho encanto y lejos del bullicio de otros más turísticos como Benidorm. El lugar perfecto para pasar un día tranquilo y que está a tan solo media horita de la costa alicantina. Este castillo está ubicado en un cerro a casi 800 metros de altura y ayuda a formar uno de los parajes más bonitos de la provincia de Alicante.
Se construyó en el siglo XI aunque se llevaron a cabo varias reconstrucciones entre los siglos XIV y XVI y hoy en día se conserva en perfecto estado, con unas murallas espectaculares, su famosa Torre del Homenaje, el palacio, varias dependencias, aljibes y algunas torres más. La parte del palacio se construyó cuando hicieron las reconstrucciones y alberga la Torre Prima y el Cuerpo de Guardia, y la última en construirse fue la Torre del Homenaje.
En el interior del castillo hay varias dependencias almohades, un aljibe y un patio de armas, todo ello de los siglos XII y XIII. Las visitas se pueden hacer de martes a viernes a las 16:30 y 17:00 horas y los sábados y domingos a las 12:30h. Hay que reservar la cita previamente ya que no te dejarán entrar si vas con ella (puedes hacerlo en el teléfono 966-561018). Las visitas entre semana comienzan desde la Oficina de Turismo y las de los fines de semana desde la Ermita de la Sangre. La entrada cuesta 3€ para los adultos y 2€ para jubilados, estudiantes o gente con carnet joven. Los menores de 8 años entran gratis.