Esta semana me ha dado por Roma, y es que hace unos días ví una película que tenía esta ciudad como escenario y son tantas las maravillas que tiene que es inevitable no ponerme a escribir. La llamada “ciudad eterna” tiene tantísimos lugares de interés que podría pasarme semanas hablando únicamente de ella, pero de momento con hoy terminaré mi “especial”.
Y para terminarlo me gustaría hablar del Arco de Tito, uno de los dos arcos restantes en el Foro Romano y que se construyó para conmemorar la conquista de Jerusalén por parte de los judíos. Es una maravilla arquitectónica que tiene 15 metros de altura y que es el ejemplo de arco de medio punto más antiguo del mundo. Es similar al Arco del Triunfo pero salvando las distancias, claro.
En el interior tiene dos paneles con relieves. Uno de ellos nos enseña la triunfal procesión con los despojos del Segundo Templo de Jerusalén y el otro muestra a Tito (uno de los hombres más importantes en la historia de la ciudad) en una carroza y con la compañía de la diosa Roma y la diosa Victoria. En el siglo 11 el arco pasó a formar parte de una fortaleza y no fue hasta 1821 cuando fue restaurado y se le construyeron dos lados más.
Tito fue un emperador romano que estuvo en el poder desde el año 79 hasta el 81, que fue cuando murió. Fue el segundo emperador de la dinastía Flavia, que fue la dinastía que gobernó el Imperio Romano entre los años 69 y 96 y que contó, además de con su reinado, con el de su padre y el de su hermano Domiciano, que fue el miembro de la familia que más tiempo estuvo reinando (15 años). Según cuentan muchos historiadores, Tito fue envenenado por su hermano para poder hacerse con el reinado, aunque hay también quienes sostienen que murió por causas naturales.