Toledo es una de las ciudades más visitadas de España, gracias en parte a que está tan cerquita de Madrid que casi todo el mundo la visita «porque está a mano», y es que con solo 70 kilómetros entre una y otra ciudad es normal que quieras hacer una escapadita aunque sea para pasar medio día. La verdad es que merece la pena ya que en Toledo hay muchísimas cosas que ver. Una de ellas es Patrimonio de la Humanidad, el Alcázar de Toledo, símbolo de la ciudad y actual sede del Museo Nacional del Ejército y de la Biblioteca Autonómica. Si tienes ocasión, sube al valle para que lo veas desde lo alto, espectacular el contraste con el resto de la ciudad, tal y como puedes apreciar en la fotografía.
Este espectacular Alcázar fue un palacio romano en el siglo III y fue restaurado durante el mandato de Alfonso VI, Alfonso X y de Carlos I de España. La fachada, imponente, es muy sobria y está dividida en tres pisos en torno a los cuales se concentra toda la decoración. Un enorme escudo imperial está situado sobre la puerta para dar la bienvenida a todo aquel que vaya a traspasarla. En su interior hay un patio rectangular que tiene un doble nivel de arcos que están sostenidos por columnas de estilo clásico, muy bonito.
El Alcázar de Toledo sufrió varios incendios, llegando incluso a quedar totalmente destruido después de la Guerra Civil. Afortunadamente, pudo ser restaurado y está en un buen estado de conservación aunque algo diferente a como estaba antes de ese gran incendio. Si vas a visitarlo, abre sus puertas a las 10 de la mañana, cerrando a las 19h entre octubre y mayo y a las 21h entre junio y septiembre, aunque los domingos abre solo de 10 a 15h. Cierra todos los lunes y los festivos 1 y 6 de enero, 1 de mayo, 24, 25 y 31 de diciembre. Para mí es totalmente recomendable, así que si vas a ir de viaje a Toledo o vas a estar un par de días por Madrid deberías visitarlo.