Una de las zonas de Portugal más bellas, y también más visitadas, es el Algarve. Una zona que está considerado por muchos como un auténtico paraíso azul por sus playas. Sin embargo, este destino ofrece otras muchas más posibilidades para ser visitado porque también hay un Algarve en la naturaleza o verde a través de sus diferentes pueblos. En general, todos tienen mucho encanto y bien merecen ser visitados. Aquí te hacemos una selección de los que no deberías perderte.
São Brás
Esta aldea se caracteriza por estar rodeada por bosques y por permitir desde ella disfrutar de unas magníficas vistas, aparte de recorrer los miradores –el do Alto da Ameixeira y el Alto da Arroteia-, que hay en las proximidades desde los que se ve la sierra.
Además, aún tiene otros atractivos, ya que alberga el Museo Etnográfico del Algarve en el que no solo hay que ver su interior, sino también fijarse en su típica fachada de azulejo. Dentro, se exhibe una colección de trajes típicos de la región, que datan de los siglos XIX y XX.
En este enclave, igualmente, hay que ver las plantaciones de alcornoque, ya que aquí se concentra la mayor producción de corcho de Portugal, siendo una de las primeras a nivel mundial.
Paderne
Esta localidad también está rodeada de exuberantes campos y bosques de pinos. Muy característico es su castillo, que fue construido en el siglo XII por los árabes. De hecho, es un gran ejemplo de arquitectura militar musulmana, aunque no se conserva del todo por las consecuencias del terremoto de 1755 que lo dañó considerablemente.
Aún con todo, se conservan las murallas y una iglesia derruida del siglo XV. Son atractivos de este pueblo a los que se suman sus calles en las que sí se ha preservado todo la esencia de la aldea.
No hay que perderse el mercado semanal en el que se reúnen productores locales ni, si se puede, la cita navideña anual Pademe Medieval. Y, para los amantes de la naturaleza, una buena opción es su red de senderos.