Durante el invierno, la nieve constituye uno de los principales destinos para todos aquellos que quieren viajar y también disfrutar de diferentes actividades en parajes nevados. Las experiencias que se ofrecen han ido en aumento en los últimos años, pudiendo elegir hoy en día entre un amplio abanico. La ventaja además es que no se necesita ser un deportista experimentado ni tener grandes habilidades para disfrutar de muchas de ellas, aunque en algunos casos sí se requiere una serie de condiciones. ¿Qué puede hacerse? Aquí contamos algunas de ellas.
Las propuestas
Una de las opciones a tener en cuenta es bucear bajo el hielo para ver qué se esconde bajo lagos, ríos… y disfrutar de un entorno virgen y bello. Es una experiencia que se puede vivir en Baños de Panticosa, en el Pirineo oscense. La actividad consiste en bucear con un traje térmico acompañado de un profesional PADI para observar el color y las sensaciones que se producen al ver la entrada de la luz por un agujero hecho en el hielo. Es una propuesta de aventura extrema que permite, además, esquiar sobre el hielo cabeza abajo o jugar con las burbujas que se exhalan, entre otros atractivos.
Menos complicado es dar un paseo en una moto de nieve. Es una opción disponible en varios destinos de nieve. Dentro de ellos, figura Granvalira, en Andorra, que tiene un especial atractivo puesto que también ofrece otras opciones como el paseo en trineo de perros o mushing, caminar con raquetas de nieve, deslizamientos en tubing o construir iglús, entre otras opciones. Además, al estar en el Bosque Moretó, en la zona Grau-Roig, hay un excelente espacio natural con árboles y senderos nevados que lo convierten en un paraje único.
En Andorra también se pueden vivir otras experiencias, ya que allí está el mayor centro termal de Europa, que es ideal para relajarse después de la jornada. Se trata del Centro Termolúdico Caldea en cuyo spa se experimentan todos los estados del agua, además de contar con diferentes espacios para encontrar la paz y tranquilidad con sus aguas termales y tratamientos especializados. Incluso hay una zona de spa especial para los niños y actividades dirigidas por monitores especializados.
Entre las experiencias, destacan por ejemplo el baño corriente azteca para disfrutar de un jardín tropical, un baño de pomelos en un jardín japonés para suavizar y exfoliar la piel o el baño relajante en un entorno zen, entre otros.
Las raquetas en la nieve es uno de los atractivos de la Sierra de Guadarrama para caminar, como si se fuera andando, por parajes de ensueño como, por ejemplo, las laderas de Siete Picos y los Pinares de Valsaín. En estos parajes, conviene disfrutar de los pines silvestres, robledales de rebollo y encinares en las zonas más bajas. También es posible en esta zona hacer paseos y excursiones con raquetas al ser terrenos con pocos desniveles.
Y, para quienes les guste el aire, una buena opción es disfrutar desde las montañas desde el aire con un recorrido en globo. Aunque hay varias alternativas, una de las más recomendables es la ruta que transcurre por el Pirineo desde Talló, un municipio de Bellver de Cerdanya, y que permite ver las vistas del Pirineo francés y del Pirineo catalán a unos 2.000 metros de altitud. No hay que perderse la sierra del Cadí, las pistas de La Marsella y La Molina y el Canigó, al igual que los paisajes que se ven en momentos de menor altitud y que permiten observar los parajes con vacas y caballos pastando o el agua del río Segre en su recorrido por las montañas. También se ven pueblos como Prats, Pi, All, Nas, Prullans o Puigcerdà.
Y también desde las alturas está la posibilidad de hacer parapente en la nieve para desplazarse por una pendiente con la ayuda de esquís y una manivela. Esta actividad se hace con un instructor que es el encargado de manejar el parapente. Aunque hay varias zonas en las que se practica, una de las mejores es la Cerler, en el valle de Benasque, en el Pirineo oscense.